Rodrigo Paz pone fin a dos décadas de gobiernos del MAS en Bolivia y promete “abrir el país al mundo”

Rodrigo Paz es el nuevo presidente de Bolivia. Fotografía: red social X de Rodrigo Paz.

Guacamaya, 21 de octubre de 2025. El economista y senador democristiano ganó la segunda vuelta con el 54,53% de los votos, en una victoria que parecía impensable hace apenas dos meses. Con su promesa de un “capitalismo para todos”, Paz hereda una economía al borde del colapso y el reto de reconstruir la gobernabilidad en un país fracturado tras veinte años de hegemonía del MAS.

Con una victoria que hasta hace apenas dos meses parecía imposible, Rodrigo Paz, economista y senador de centroderecha del Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Bolivia, ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales este domingo con el 54,53% de los votos. Su triunfo se consolida tras la sorpresa que dio en la primera contienda electoral de agosto pasado, cuando –en contra del pronóstico de las encuestas que no perfilaron su liderazgo– alcanzó más del 30% de los votos, sellando así su cupo para el balotaje final frente al exmandatario conservador Jorge “Tuto” Quiroga.

Ahora, con el 97,86% de las papeletas escrutadas, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia confirmó que con una diferencia de casi 10 puntos porcentuales, Paz se impuso sobre el 45,43% de Quiroga, en lo que calificó de “tendencia irreversible”. Un resultado que marca el fin definitivo de dos décadas de gobierno de izquierda en cabeza del Movimiento al Socialismo (MAS), cuya derrota en la primera vuelta ya anticipaba este cambio político para el país latinoamericano.

Paz, de 58 años, asumirá oficialmente como presidente el próximo 8 de noviembre y deberá enfrentar de inmediato el desafío de sacar a Bolivia de su peor crisis económica en cuatro décadas. De hecho, ya ha anticipado reformas para la economía, descentralización, impuestos más bajos y disciplina fiscal combinadas con un gasto social continuo.

El país atraviesa una grave escasez de dólares estadounidenses, lo que ha reducido las importaciones y llevado a que la inflación interanual se disparara a casi el 25% en julio pasado.

En este contexto, la agencia de noticias AP reportó que Paz y su popular compañero de fórmula, el excapitán de policía Edman Lara, ganaron apoyo entre los votantes de clase trabajadora y rurales, desilusionados con la gestión del MAS, que gobernó desde 2006 con la llegada de Evo Morales al poder y continuó con el actual presidente Luis Arce.

Ahora bien, el presidente electo tiene además el desafío de buscar alianzas para alcanzar la mayoría en la Asamblea Legislativa y lograr una gobernabilidad que le permita encarar los ajustes económicos para revertir el déficit fiscal que ronda el 10% del Producto Interno Bruto, la escasez de combustible que afecta la producción agrícola y la recesión que el Banco Mundial prevé que se extenderá hasta 2027.

Y fue justamente este mensaje de cambio y reformas lo que Paz destacó en su primer discurso tras ganar la segunda vuelta electoral. De hecho, señaló que los bolivianos dieron un “primer paso de transformación” cuando en la primera vuelta del 17 de agosto le dieron su respaldo y este domingo ratificaron el cambio. También apuntó que “este será un gobierno para gobernar con todos los hombres y mujeres que quieran servir a la patria” con el fin de llevar soluciones a Bolivia.

En su discurso de victoria, Rodrigo Paz delineó las primeras prioridades de su Gobierno: abrir Bolivia al mundo, reconstruir la confianza interna y encarar una crisis económica que ha golpeado con fuerza a los hogares bolivianos.

“Hay que abrir Bolivia al mundo, retomar un rol que perdimos geopolíticamente y geoeconómicamente en las dos últimas décadas para poder llevar adelante una relación estrecha con uno de los Gobiernos más importantes del ámbito mundial”, afirmó al agradecer los mensajes de felicitación enviados por varios presidentes de la región y el respaldo expresado por Estados Unidos.

Finalmente, Paz aseguró que su gestión buscará el diálogo y la unidad nacional: “La nueva dimensión de Bolivia se construirá con unidad, diálogo y esfuerzo compartido”, y declaró que su gobierno tendrá “las manos extendidas hacia dentro y hacia fuera” para trabajar con todos los sectores —sociales, empresariales y parlamentarios— que deseen contribuir a sacar adelante al país”.

Sin embargo, afirma que mantendrá los beneficios del MAS y adoptará un enfoque gradual en las reformas de libre mercado, con la esperanza de evitar una recesión aguda o un aumento repentino de la inflación.

Su propuesta, a nivel económico, es lo que llama un “capitalismo para todos”. De hecho, el presidente electo dijo al diario El País que va “a liberalizar, pero no para los ricos; lo haremos para los pobres”.

Paz nació el 22 de septiembre de 1967 en Santiago de Compostela, España, y pasó su infancia en Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Panamá, entre otros países. Su familia vivió en el exilio tras la persecución del general Hugo Bánzer, y durante esos años residió por un tiempo en Caracas, donde cursó parte de su educación escolar y desarrolló un profundo afecto por Venezuela, país al que ha recordado en varias ocasiones como un refugio solidario durante su niñez.

Su padre es el expresidente Jaime Paz Zamora, quien gobernó Bolivia entre 1989 y 1993. Paz Zamora fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en la década de 1960, y antes de dirigir el país se exilió en España, huyendo de la represión del general Bánzer, dictador que llegó al poder en 1964. Retornó al país en 1978, tras la dimisión de Bánzer.

Rodrigo Paz desarrolló gran parte de su carrera política en el departamento sureño de Tarija, donde fue concejal, alcalde y diputado antes de postularse como senador. Como alcalde, modernizó el centro de Tarija con paseos peatonales y amplias plazas que dejaron a muchos residentes de clase trabajadora sintiéndose abandonados mientras la región, rica en petróleo, se tambaleaba por la caída de los ingresos.

Más allá de las fronteras del país, desde Argentina, el presidente Javier Milei felicitó a Paz y dijo que “es un día histórico para Bolivia, dejando atrás 20 años del fracasado modelo del ‘socialismo del siglo XXI’”.

En líneas similares, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, felicitó este domingo a Rodrigo Paz por su victoria, y celebró lo que consideró el fin de 20 años de “mala gestión” del país por parte de los gobiernos de izquierda. “También felicitamos al pueblo boliviano en este momento histórico para su país”, añadió. “Tras dos décadas de mala gestión, la elección del presidente electo Paz representa una oportunidad transformadora para ambas naciones”.

Además, Rubio aseguró que “Estados Unidos está dispuesto a colaborar con Bolivia en prioridades compartidas, como el fin de la inmigración ilegal, la mejora del acceso a los mercados para la inversión bilateral y la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales para fortalecer la seguridad regional”.

Tras felicitar a Paz, el presidente interino de Perú, José Jerí, le expresó su “interés” para reanudar el diálogo político. Jerí “le reafirmó que las relaciones entre ambos países constituyen una prioridad para la política exterior peruana, debido a los históricos lazos de amistad, la condición de países fronterizos y la amplia agenda en común”.

Gabriel Boric, el presidente de Chile, también le felicitó, reafirmando su “compromiso” con el trabajo entre ambos países.

Del mismo modo lo hizo el Gobierno de Paraguay, cuya presidencia señaló en redes sociales que reafirma su “compromiso de trabajar de manera conjunta con el Gobierno electo para fortalecer aún más las relaciones bilaterales entre Paraguay y Bolivia”.

Asimismo, el gobierno de Ecuador deseó a Paz “éxito en el desempeño de su mandato en beneficio del hermano pueblo boliviano”. Además, reiteró su compromiso de “seguir trabajando junto a Bolivia para fortalecer los lazos de cooperación, integración y amistad entre nuestros países, en beneficio de la estabilidad y el desarrollo de la región andina y de América Latina”.

María Corina Machado, líder opositora venezolana galardonada recientemente con el Premio Nobel de la Paz, escribió en su cuenta de X que habló con Rodrigo Paz para felicitarle tras su victoria: “En su exilio, Rodrigo vivió en Venezuela y por eso tiene un muy especial cariño y agradecimiento a nuestro país. Sé que contamos con él y el querido pueblo boliviano en esta fase definitiva de nuestra lucha. Bolivia y Venezuela están unidas en su historia y en su destino de libertad, prosperidad y paz”, sentenció. Días atrás también había manifestado su apoyo a “Tuto Quiroga” para la contienda.

Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro no ha emitido ninguna declaración. Cabe recordar que el MAS fue un aliado regional importante para Caracas. Bolivia, de hecho, es la economía más grande que sigue formando parte del ALBA, y queda la duda de cuál será el manejo del nuevo gobierno respecto a Venezuela. Se espera que sea distante, pero queda por ver si mantendrá la embajada en Caracas o asumirá una línea más dura, como la que ha demandado desde Washington el secretario de Estado Marco Rubio a otros países de la región.

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