El buque USS Gravely se encuentra en Trinidad y Tobago para llevar a cabo ejercicios militares conjuntos con la nación isleña, mientras que Venezuela denuncia que se planea una “provocación militar”. Fotografía: U.S. Navy / Derek Cole.
Guacamaya, 27 de octubre de 2025. El gobierno de Venezuela manifestó este lunes su preocupación por los ejercicios militares conjuntos entre Trinidad y Tobago y el Comando Sur de Estados Unidos, que se realizan entre el 26 y el 30 de octubre.
El comunicado difundido por la vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó estas maniobras como una posible “amenaza a la paz del Caribe” y denunció la existencia de presuntas acciones encubiertas que podrían derivar en incidentes fronterizos.
Caracas comparó la situación con “las provocaciones del Acorazado Maine en 1898 y del Golfo de Tonkin en 1964”, que sirvieron de pretexto, respectivamente, para la guerra de Estados Unidos contra España en Cuba y la intervención militar en Vietnam.
Esta declaración llega poco después de que el Departamento de Guerra norteamericano anunciase el envío del portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford, al Caribe.

La administración de Maduro también acusó a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de “renunciar a la soberanía nacional” y “subordinar su política exterior a los intereses hegemónicos de Washington”. En el texto se afirma que el territorio trinitense se habría convertido en “un portaviones de Estados Unidos para la guerra en todo el Caribe contra Venezuela, Colombia y Suramérica”.
El comunicado sostiene que al sumarse a la “agenda militarista” estadounidense, el Gobierno de Trinidad y Tobago estaría vulnerando la Carta de las Naciones Unidas, la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz adoptada por la CELAC, y los principios del CARICOM.
El texto también menciona denuncias sobre incidentes marítimos en los que habrían resultado afectados pescadores, los cuales el Gobierno venezolano considera “hechos graves” que deben investigarse.







