República Dominicana pospone la Cumbre de las Américas para 2026 en medio de tensiones regionales

Roberto Álvarez, canciller de República Dominicana en una intervención ante un panel de la Organización de Estados Americanos OEA . Fotografía: Prensa del MFA República Dominicana 

Guacamaya, 4 de noviembre de 2025. La decisión del Gobierno dominicano de aplazar la Décima Cumbre de las Américas, prevista para diciembre de este año en Punta Cana, revela un complejo entramado de factores políticos, diplomáticos y geoestratégicos que atraviesan el continente: exclusiones controvertidas, tensiones con Venezuela, ruptura de vuelos bilaterales, confiscación de aeronaves y un creciente clima de polarización en las Américas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana anunció este lunes que la décima edición de la Cumbre de las Américas, que iba a celebrarse en diciembre en el país, ha sido oficialmente pospuesta para 2026.

“Luego de un cuidadoso análisis de la situación en la región, el Gobierno dominicano ha decidido posponer para el próximo año la celebración de la Décima Cumbre de las Américas”, indica el comunicado de prensa emitido por la cancillería.

“Esta medida ha sido consensuada con nuestros socios más cercanos, incluyendo Estados Unidos, impulsor original de este foro, y otros países clave”, añade el texto, que también señala que se consultó al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Según el documento, “en el año 2022, al momento de asumir la responsabilidad de realizar la Cumbre de las Américas, eran imprevisibles las profundas divergencias que actualmente dificultan un diálogo productivo en las Américas. A esta situación se suma el impacto causado por los recientes eventos climáticos que han afectado gravemente a varios países del Caribe”.

El comunicado no precisa una nueva fecha ni ofrece mayores detalles sobre la futura organización de la Décima Cumbre en 2026.

El evento, que reúne cada tres años a los líderes políticos del continente desde 1994, iba a tener lugar en Punta Cana entre el 1 y el 5 de diciembre, bajo el lema “Construyendo un Hemisferio Seguro, Sostenible y de Prosperidad Compartida”.

Exclusiones que fracturan la unidad hemisférica

La última Cumbre de las Américas se celebró en Los Ángeles, Estados Unidos, en 2022, marcada por la decisión de Washington de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela debido a su “historial contra los derechos humanos”, decisión que generó fuertes críticas entre los países asistentes.

De manera similar, República Dominicana informó en septiembre pasado que tampoco invitaría a esos tres países para “favorecer la mayor convocatoria y asegurar el desarrollo del foro”, argumentando que dichas naciones “han decidido no formar parte de la OEA y tampoco participaron en la pasada edición de la Cumbre de las Américas”.

Esta postura generó un efecto dominó. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció a mediados de octubre:

 “No asistiré a la Cumbre de las Américas en República Dominicana. El diálogo no comienza con exclusiones”.

Por su parte, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum siguió el mismo camino:

“No podemos avalar una Cumbre de las Américas donde no estén todos los pueblos de América Latina”.

Ambas decisiones fueron celebradas en La Habana y Caracas, donde los gobiernos de Cuba y Venezuela denunciaron “presiones externas” de Washington para condicionar la lista de invitados.

Desde Caracas, el gobierno venezolano rechazó la exclusión y dirigentes oficialistas acusaron a República Dominicana de actuar “por órdenes externas”. En su discurso, retomaron la noción de una “zona de paz” frente a lo que califican como una narrativa de “agresión” impulsada por Estados Unidos y sus aliados.

Abinader confirma suspensión de vuelos con Venezuela

En paralelo, el presidente Luis Abinader confirmó este lunes durante su encuentro semanal con la prensa, conocido como La Semanal, que no ha habido cambios en la situación de los vuelos comerciales entre la República Dominicana y Venezuela, los cuales permanecen suspendidos.

Las rutas aéreas entre ambos países eran fundamentales, pues servían de escala y conexión para que muchos venezolanos pudieran viajar entre Venezuela y Estados Unidos.

Las operaciones aéreas fueron suspendidas desde el 31 de julio de 2025, luego de que Venezuela impusiera la medida de manera unilateral, en medio de crecientes tensiones diplomáticas y cuestionamientos internacionales al gobierno de Nicolás Maduro, especialmente tras los resultados electorales cuestionados por varios gobiernos, entre ellos el de República Dominicana.

Abinader recordó que su Gobierno analizaba una solicitud formal de Venezuela para reanudar los vuelos, luego de que Caracas anunciara su disposición a restablecer las conexiones.

“Fue decisión unilateral de ellos de no tener contactos aéreos y nosotros cumplimos sin la mayor complicación. Ahora nos llega esta petición de ellos y la estamos estudiando”, había expresado el mandatario.

La situación mantiene en expectativa a miles de venezolanos residentes en República Dominicana, así como a dominicanos radicados en Venezuela que esperan la reanudación de vuelos directos para facilitar los vínculos familiares y comerciales.

Tensiones bilaterales y confiscaciones de aviones

El deterioro diplomático entre ambos países se ha intensificado por una serie de episodios recientes. A comienzos de año, Estados Unidos incautó un segundo avión venezolano en territorio dominicano, durante una visita del jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio.

En Santo Domingo, y en presencia de Rubio, un fiscal dominicano y un representante de las fuerzas del orden de Estados Unidos colocaron un cartel con la palabra “incautado” en un avión Dassault Falcon 200 de bandera venezolana.

Según el Departamento de Estado, funcionarios de Venezuela usaron esa aeronave para volar a Grecia, Turquía, Rusia, Nicaragua y Cuba, y la habían llevado a República Dominicana para mantenimiento.

No era la primera vez. Otro avión oficial venezolano, modelo Dassault Falcon 900EX, fue confiscado en República Dominicana el 2 de septiembre del año pasado y trasladado a Florida, Estados Unidos, después de que autoridades estadounidenses alegaran que había sido comprado “ilegalmente” por 13 millones de dólares mediante una empresa fantasma y sacado de contrabando para uso personal de Nicolás Maduro y sus aliados.

Presencia militar estadounidense en el Caribe y clima de tensión

Desde finales de agosto, Washington ha desplegado más de diez buques de guerra en el Caribe bajo el argumento de adelantar operaciones “antinarcóticos”. Pese a que Naciones Unidas y organizaciones de Derechos Humanos han cuestionado la legalidad de dicha operación estas acciones han incluido 14 bombardeos contra embarcaciones, que dejaron al menos 62 muertos.

En este contexto, el presidente Donald Trump volvió a generar controversia al acusar de narcotraficante al presidente colombiano Gustavo Petro, lo que aumentó aún más la tensión política regional.

Más allá de las razones oficiales, la cancelación de la Cumbre deja entrever un tablero hemisférico en plena reconfiguración. La movilización militar estadounidense en el Caribe, el deterioro de la situación venezolana y el clima de polarización en varios países sugieren que Washington y sus aliados prefieren mantener margen de maniobra antes de verse obligados a discutirlo públicamente en un foro multilateral.

Apoyos y posicionamientos

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su respaldo a la decisión del presidente Abinader de postergar la Cumbre, asegurando que Washington “continuará colaborando con la región para garantizar un evento productivo en 2026”.

 “En nombre de Estados Unidos, estamos agradecidos al presidente Abinader por su amistad y su disposición para albergar la Cumbre de las Américas”, afirmó Rubio.

Vale recordar que en enero de este año, Abinader recibió a Edmundo González Urrutia, opositor venezolano, y reiteró su apoyo al sector que lidera María Corina Machado.

“A ti, a toda tu familia, a María Corina y al valiente pueblo venezolano, les decimos: su lucha es nuestra lucha”, declaró Abinader durante el encuentro en el Palacio Nacional.

Las relaciones diplomáticas se mantienen congeladas desde julio de 2024, cuando la embajada y el consulado general de la República Dominicana en Venezuela cerraron sus puertas.

Durante la visita de González Urrutia a Santo Domingo en enero de 2025, el opositor denunció que las autoridades dominicanas frustraron un presunto intento de infiltración de agentes de inteligencia del gobierno de Maduro, presuntamente “entrenados por Cuba”.

Medios dominicanos informaron que los servicios de inteligencia locales detectaron y neutralizaron a los agentes venezolanos, aunque Caracas negó tales señalamientos. El asunto se enfrió semanas después, pero dejó una huella profunda en la relación bilateral.

Un foro postergado en medio de un continente dividido

La Décima Cumbre de las Américas, que debía reunir a los jefes de Estado del continente en Punta Cana, se convierte así en una víctima colateral del nuevo mapa político regional. Las divergencias sobre quiénes pueden o no sentarse en la mesa, las crisis internas en varios países y la creciente militarización del Caribe han erosionado el espíritu de consenso que inspiró la creación del foro en 1994.

La postergación decidida por República Dominicana no sólo refleja una prudente maniobra diplomática para evitar un fracaso político, sino también una señal del momento incierto que vive el hemisferio occidental, donde el diálogo interamericano se ve cada vez más condicionado por las rivalidades ideológicas y los intereses estratégicos en juego.

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