En el marco del 80º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Venezuela desplegó una agenda internacional marcada por una intensa actividad diplomática tanto del gobierno como de un sector de la oposición. Mientras la administración de Nicolás Maduro sostuvo más de veinte encuentros con países y organismos internacionales en Nueva York, reforzando su narrativa de integración y multipolaridad, la oposición vinculada a María Corina Machado concentró sus esfuerzos en visibilizar la crisis venezolana como un problema de seguridad hemisférica, con actividades en Nueva York y Ginebra. Esta doble agenda refleja la disputa por legitimidad y proyección internacional de los distintos actores políticos venezolanos en un escenario global en transformación