Guacamaya, 12 de septiembre de 2025. Con 142 votos a favor, la Asamblea General adoptó una resolución que impulsa la creación de un Estado palestino soberano, el desarme de Hamas y la transferencia de la administración de Gaza a la Autoridad Palestina. El texto, promovido por Francia y Arabia Saudita, se aprueba a días de una cumbre clave en Nueva York.
La Asamblea General de la ONU aprobó este viernes, por amplia mayoría, una resolución que respalda la llamada Declaración de Nueva York, un plan impulsado por Francia y Arabia Saudita para reactivar la solución de dos Estados —Israel y Palestina— como salida al conflicto en Oriente Medio. El documento obtuvo 142 votos a favor, 10 en contra —entre ellos Israel, Estados Unidos y Argentina— y 12 abstenciones.
La iniciativa propone una hoja de ruta que contempla alto el fuego inmediato en Gaza, liberación de rehenes, desarme y exclusión de Hamas del gobierno del enclave, en favor de un traspaso de responsabilidades a la Autoridad Palestina. Asimismo, plantea la creación de un Estado palestino viable y soberano, junto con la normalización de relaciones entre Israel y el mundo árabe bajo un marco de garantías colectivas de seguridad.
El representante francés defendió el texto como “un plan único para materializar la solución de dos Estados”. La votación se produce en la antesala de la cumbre internacional convocada para el 22 de septiembre en Nueva York, donde Francia y varios países han anunciado que reconocerán oficialmente al Estado palestino.
La resolución, sin embargo, generó críticas. El embajador israelí ante la ONU la calificó de “teatro”, aseguró que “Hamas es el único beneficiario” y cuestionó la viabilidad práctica del desarme de la organización. Estados Unidos secundó esas críticas, calificando la resolución de “golpe publicitario”. En contraste, el embajador palestino agradeció el respaldo de la Asamblea y llamó a que más países se sumen a la solución de dos Estados.
Relaciones de Venezuela con Palestina
Las relaciones entre Venezuela y Palestina se consolidaron en 2009, cuando el gobierno venezolano, bajo Hugo Chávez, reconoció oficialmente al Estado palestino y estableció relaciones diplomáticas plenas siendo de los primeros en América Latina y el Caribe en hacerlo. Desde entonces, Caracas ha mantenido una posición firme de respaldo a la causa palestina en foros multilaterales como la ONU, el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77.
En 2011, Venezuela apoyó el ingreso de Palestina como miembro pleno de la UNESCO, y en años posteriores ha reiterado su defensa del derecho de los palestinos a un Estado independiente con Jerusalén Este como capital.
En el marco de Naciones Unidas, Venezuela ha votado de manera consistente a favor de resoluciones críticas con Israel y favorables a Palestina. Por ejemplo, en 2012 respaldó la resolución de la Asamblea General que otorgó a Palestina el estatus de Estado observador no miembro (138 votos a favor, 9 en contra). Más recientemente, como miembro del Consejo de Seguridad en 2015-2016, Venezuela apoyó resoluciones que condenaban la expansión de asentamientos israelíes en territorios ocupados, alineándose con la mayoría árabe y países no alineados.
Más allá del plano diplomático, el respaldo a Palestina ha sido enmarcado en el discurso antiimperialista de los gobiernos venezolanos, reforzado con iniciativas culturales, académicas y de cooperación en foros internacionales. Chávez anteriormente y Maduro actualmente han hecho de este apoyo una bandera de su política exterior.
Relaciones de Venezuela con Israel
Venezuela reconoció al Estado de Israel en 1948 y mantuvo durante décadas relaciones diplomáticas estables, con cooperación en áreas de agricultura, comercio y tecnología. En los años 60 y 70, expertos israelíes participaron en proyectos de desarrollo agrícola en Venezuela, particularmente en riego y producción de alimentos.
El giro se produjo bajo el gobierno de Hugo Chávez, en el marco de su acercamiento político al mundo árabe e islámico y su confrontación con Washington. Tras la ofensiva israelí en Gaza en 2009, Caracas rompió relaciones diplomáticas con Tel Aviv, expulsando al personal de la embajada israelí y cerrando su propia misión en Israel. Desde entonces, las relaciones permanecen interrumpidas y tensas.
En el ámbito de la ONU, Venezuela se ha posicionado en votaciones contra iniciativas percibidas como favorables a Israel. En 2017, por ejemplo, apoyó en la Asamblea General la resolución que rechazaba el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel tras la decisión de Estados Unidos, la cual obtuvo 128 votos a favor frente a 9 en contra. En votaciones posteriores sobre la situación en Gaza y Jerusalén, Caracas se ha mantenido en el bloque de apoyo a Palestina, votando en contra de propuestas que, desde la perspectiva israelí, legitiman su posición.
La relación bilateral con Israel sigue siendo tensa hasta 2025, sin indicios de restablecimiento diplomático formal. La diplomacia de Israel ha respaldado públicamente a varios sectores de la oposición venezolana, especialmente el liderado por María Corina Machado y han invitado a Edmundo González Urrutia a realizar una visita oficial que de momento no se ha producido. La líder opositora también ha denunciado públicamente los acercamientos y la relación de la administración de Maduro con Irán.
Situación del derecho al voto de Venezuela en la Asamblea General de la ONU
Venezuela no tiene actualmente derecho a voto en la Asamblea General de la ONU debido a los atrasos en sus contribuciones al presupuesto regular de la Organización. En tal sentido, Conforme al artículo 19 de la Carta de las Naciones Unidas, un Estado miembro pierde el derecho al voto si adeuda una suma equivalente o superior a lo que le correspondería pagar por los dos años anteriores completos.
El monto exacto que Venezuela debe pagar para recuperar ese derecho de voto era de aproximadamente 40 millones de dólares según reportes de 2022. Informes más recientes indican que la deuda global del país con la ONU podría alcanzar cerca de 76 millones de dólares, aunque esta última cifra incluye obligaciones adicionales y no necesariamente el mínimo exigido para el restablecimiento del voto. El gobierno venezolano ha atribuido los retrasos a las sanciones financieras internacionales, que —argumenta— dificultan las transferencias bancarias para cumplir con sus obligaciones.