Un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha iniciado una ofensiva legislativa para frenar la capacidad del presidente Donald Trump de ordenar acciones militares contra Venezuela sin la aprobación del Congreso. Fotografía: U.S. Senate press.
Guacamaya, 17 de octubre de 2025. En medio de un clima de confrontación cada vez más intenso entre Washington y Caracas, un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha lanzado una ofensiva legislativa para limitar el poder del presidente Donald Trump de ordenar operaciones militares en Venezuela sin autorización del Congreso.
La medida llega tras la confirmación por parte del presidente estadounidense de operaciones encubiertas de la CIA en territorio venezolano y el anuncio de la retirada del jefe del Comando Sur, en un contexto marcado por advertencias desde Pekín y denuncias de Caracas ante la ONU.
La iniciativa, encabezada por el senador demócrata Tim Kaine y respaldada por figuras de ambos partidos —entre ellos el republicano Rand Paul y el demócrata Adam Schiff—, busca reafirmar el control constitucional del Congreso sobre el uso de la fuerza militar. “Me preocupa profundamente que la Administración Trump esté considerando lanzar ataques militares ilegales en Venezuela sin autorización específica del Congreso”, declaró Kaine.
El senador advirtió que cualquier intervención podría acarrear graves consecuencias humanitarias y políticas para la región: “Los estadounidenses no quieren enviar a sus hijos e hijas a más guerras, especialmente guerras que conllevan un grave riesgo de desestabilización significativa y nuevas oleadas migratorias masivas en nuestro hemisferio”.
El republicano Rand Paul coincidió en la necesidad de evitar un conflicto sin debate público: “El pueblo estadounidense no quiere entrar en una guerra interminable con Venezuela”, subrayó, recordando que la Constitución exige “deliberación” antes de recurrir a la fuerza.
El debate se intensificó tras el anuncio de la retirada del almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur (SouthCom), quien dejará su cargo en diciembre. Holsey, al frente de las operaciones militares estadounidenses en el Caribe, no ha explicado los motivos de su salida, aunque su renuncia coincide con cuestionamientos del Congreso sobre la legalidad de las acciones contra supuestas “narcolanchas” venezolanas.
“El almirante Holsey ha servido con honor durante más de 37 años”, afirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en un comunicado en el que evitó abordar las críticas por la falta de transparencia del Pentágono.
Desde Caracas, Nicolás Maduro acusó a Washington de “acciones injerencistas” y llamó a la creación de “brigadas indígenas latinoamericanas” para defender a Venezuela en caso de una intervención. Su Gobierno anunció además que presentará una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, calificando las declaraciones de Trump sobre las operaciones de la CIA como “inmoderadas e inconcebibles”.
China también se pronunció este viernes, instando al respeto de la soberanía venezolana y recordando su apoyo a la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. “Nos oponemos firmemente a cualquier injerencia externa bajo cualquier pretexto”, señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una advertencia que refuerza su postura frente a las presiones de Washington en la región.
La crisis diplomática se agrava mientras aumentan los temores a una confrontación directa en el Caribe y se multiplican los llamados internacionales a la modera







