Más 6.500 voceros y voceras, según los «usos» y «costumbres» de sus respectivos pueblos, son quienes votan directamente en estas elecciones. Fotografía: Venezolana de Televisión
Guacamaya, 03 de agosto de 2025. Las comunidades indígenas de Venezuela desarrollan este domingo elecciones de concejales en 69 municipios distribuidos a lo largo de ocho estados del país: Anzoátegui, Amazonas, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Sucre y Zulia. En este proceso, se eligen 69 concejales indígenas que se incorporan a los 2.402 concejales electos el pasado 27 de julio.
El vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, Carlos Quintero, informó el desarrollo en plena normalidad del evento y destacó una amplia participación ciudadana en la cita, que se ejecuta en 88 centros y 111 mesas habilitadas. En estos comicios de segundo grado, la primera etapa consistió en la celebración de 4.061 asambleas comunitarias, en las que se escogieron los 6.598 voceros electores.
«Hasta esta hora (11:35 AM), de esos 6.598 (voceros) hay una participación estimada de 35 %. Hasta las 6 de la tarde estarán los centros de votación aperturados (sic) de manera tal que llamamos a todos los voceros y voceras a que se acerquen a su centro de votación para elegir a sus autoridades», señaló Quintero en contacto telefónico con la estatal Venezolana de Televisión.
En las comunidades indígenas, el proceso de escogencia de sus representantes a los organismos legislativos nacionales, estadales y municipales se realiza en fechas separadas de las generales del resto del país. A su vez, estos comicios se realizan bajo un procedimiento especial, que responde a la sentencia 68, de fecha 5 de junio de 2020, de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
En la referida sentencia, la Sala Constitucional suspendió varias normas de la Lopre y facultó al CNE a desarrollar «un sistema de elección de los representantes indígenas en consonancia con los usos y costumbres ancestrales de estas comunidades». De esta forma, la población indígena fue despojada de la posibilidad de escoger a sus representantes a través del sufragio universal, directo y secreto.
Voces críticas han señalado que mantener los procesos de elección separados, tanto en fecha como en formato, puede representar una estrategia gubernamental de control o canalización de la representación indígena. Esta postura cobra especial relevancia en situaciones de baja participación, o en los casos en los que la oposición se involucra de manera dispersa o fragmentada.