Trabajadores venezolanos enfrentan el período más largo sin aumentos salariales

El salario mínimo no ha aumentado desde el 15 de marzo 2022, llegando así al período más largo sin subida en los últimos 27 años.

Guacamaya, 8 de marzo de 2025. Este 15 de marzo se cumplen tres años desde que los trabajadores venezolanos vieron un incremento en su salario mínimo por última vez. Desde entonces, han enfrentado el período más largo sin ajustes salariales en los últimos 27 años, en un contexto de alta inflación y profunda crisis económica.

El 15 de marzo de 2022, Nicolás Maduro anunció un aumento del salario mínimo mensual a 130 bolívares, equivalente a aproximadamente 30 dólares en ese momento. Este ajuste también incluyó un incremento en las jubilaciones y pensiones, así como en el beneficio del Cestaticket Socialista. Sin embargo, el aumento no logró paliar los efectos de la inflación y la devaluación del bolívar, y a la fecha de hoy representa apenas 1,99 dólares a la tasa oficial.

El gobierno de Nicolás Maduro ha implementado diversas medidas para intentar mitigar la situación, los que ha incluido una figura de “Ingreso Mínimo Integral”, con entrega de bonos por hasta 130 dólares. Sin embargo, estos bonos, actualizados por última vez en mayo de 2023, no tienen incidencia en prestaciones, jubilaciones ni otros derechos laborales, lo que ha generado críticas por parte de gremios y organizaciones de derechos humanos.

La organización no gubernamental Provea ha denunciado que el estancamiento del salario ha destruido el ingreso y el ahorro de las familias, y que el gobierno ha sustituido el salario por una política de bonificación irregular que no genera beneficios laborales. A través de X, la ONG señaló el modelo económico como “opaco”, y agregó que “procura la acumulación de capital a costa de la precarización extrema del empleo decente y el uso de una mano de obra barata y semi-esclava en pleno siglo XX”.

Devaluación e inflación: impacto en el poder adquisitivo

Desde marzo de 2022, cuando fue anunciado por última vez el aumento del salario mínimo en Venezuela, este ingreso ha perdido más del 90% de su valor en dólares. A su vez, ese mismo año, la tasa de inflación anual alcanzó el 305.7%, una desaceleración en comparación con años anteriores, pero aún extremadamente alta, según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

Aunque durante los años 2023 y 2024, la inflación desaceleró a 193% y a 85%, respectivamente, la tasa interanual a febrero de 2025, se ubicó en 117%, indicó el OVF. Si bien el organismo registró una expansión de 3,9% de la actividad económica durante el 2024, pero atribuyó 70% de ese crecimiento al significativo aumento en la producción de petróleo, que alcanzó un incremento del 12,3%, en gran parte gracias a la contribución de Chevron.

Con la reciente revocación de la licencia de la petrolera estadounidense por parte del gobierno de Donald Trump, la paralización de sus actividades podría resultar en una pérdida de entre 4.000 y 4.500 millones de dólares para Venezuela, de acuerdo a datos de la firma Econalítica. Esta situación afectaría la estabilidad del mercado cambiario y desde luego, el poder adquisitivo de la población.

Comparación con otros países de América Latina

En comparación con otros países de América Latina, los salarios mínimos en Venezuela han sido, por años, significativamente más bajos. A inicios de 2025, el salario mínimo en Venezuela se mantuvo en niveles extremadamente bajos, con un valor de aproximadamente 2,5 dólares mensuales, de acuerdo a una recopilación de Bloomberg.

En contraste, países como Costa Rica y Uruguay han establecido salarios mínimos mucho más altos, con 725,6 dólares y 505,5 dólares respectivamente. Por su parte, en Brasil, el salario mínimo pasó de 227 dólares a 244,7 dólares en 2025, lo que representó un aumento del 7,5%. Mientras, en México también incrementó su salario mínimo en un 12%, al fijarlo en 416,6 dólares mensuales.

Estos contrastes resaltan la brecha económica y social cada vez más amplia entre Venezuela y sus vecinos regionales. Mientras otros países latinoamericanos se esfuerzan por mantener el poder adquisitivo de sus trabajadores frente a la inflación, en Venezuela, el salario mínimo ha permanecido estancado y ha perdido su valor real de manera drástica.

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