El Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, acompañados por el primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, revisaron los avances de la agenda de cooperación bilateral entre ambas naciones. Fotografía: Vicepresidencia de Venezuela.
Guacamaya, 29 de abril de 2025. Frente al endurecimiento de las sanciones y el aislamiento internacional, el gobierno venezolano encuentra en Qatar una oportunidad discreta para posibles negociaciones, buscar financiamiento y reinsertarse en el mapa diplomático.
En un mundo donde la diplomacia de poder fuerte no parece funcionar como antes, y la mediación más práctica comienza a tener su momento, Qatar se presenta como un jugador clave, aunque sea en un papel un tanto silencioso. Su rol como intermediario, sobre todo entre Estados Unidos y Venezuela, no solo muestra su creciente ambición a nivel global, sino que también ilustra cómo las naciones más pequeñas están empezando a hacerse notar en la política internacional.
En ese contexto, Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela ha llegado a Doha para una visita oficial de trabajo. En paralelo, Nicolás Maduro anunció en su programa semanal de televisión que “los vuelos entre Doha y Caracas ya están casi listos para comenzar a realizarse”. En enero de este año Qatar Airways anunció que ampliaba su presencia en América Latina con nuevas rutas a Colombia y Venezuela.
A partir del verano de 2025, Qatar Airways reforzará su conectividad global al inaugurar dos vuelos semanales inéditos que unirán Doha con Bogotá y Caracas. Los servicios operarán los miércoles y domingos, marcando un hito para la aerolínea que se convertirá en la primera y única compañía de Oriente Próximo en ofrecer vuelos directos a Colombia, así como en la única con operaciones regulares en Venezuela.
La ruta tendrá como punto de partida el Aeropuerto Internacional Hamad en Doha, con escala en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, para luego continuar hacia el Aeropuerto Simón Bolívar de Caracas. En el trayecto de regreso, los vuelos desde Caracas a Doha serán directos, sin paradas técnicas.
Con esta incorporación, la red de Qatar Airways en las Américas alcanzará 16 destinos, consolidando su expansión en la región. Ciudades como Miami, Nueva York, São Paulo, Toronto y Dallas ya forman parte de su oferta, y ahora Bogotá y Caracas se suman como enclaves estratégicos para conectar Oriente Próximo con América del Sur. Este movimiento no solo refuerza su posición como un importante líder en aviación internacional, sino que también facilita lazos comerciales, turísticos y diplomáticos entre estas regiones.
En ese sentido, la visita de Delcy Rodríguez a Doha viene marcada por un contexto que es necesario tener en cuenta para comprender su importancia. Qatar se ha convertido en un actor importante del conflicto venezolano, por ende es pertinente revisar los antecedentes y sus acciones diplomáticas respecto al país.
De Doha a Caracas: La expansión silenciosa de la diplomacia qatarí
Hablemos un poco de cómo Qatar ha cambiado. Este país del Golfo, que en su momento se enfocaba principalmente en su propia seguridad, ha logrado transformarse en mediador de conflictos en distintas partes del mundo. Esto no se ha dado de la noche a la mañana; ha sido parte de un plan bien pensado, ligado a su Visión Nacional 2030, que busca convertir a Doha en un centro para todo lo relacionado con la diplomacia, las finanzas y la energía a nivel global.
Cuando Qatar se encontró en medio de un bloqueo por parte de Arabia Saudita y sus aliados durante unos años, comprendió que su futuro dependía de ser un intermediario neutral. En vez de levantar muros, comenzó a construir puentes. Desde Afganistán hasta Gaza, pasando por países como Sudán y Chad, Doha ha demostrado que con paciencia, un enfoque práctico y una buena disposición para invertir, puede posicionarse como un mediador confiable.
Tras la Primavera Árabe, Qatar modificó su estrategia de política exterior, transitando de un actor regional disruptivo a un mediador internacional pragmático. Según Ali Abo Rezeg en Qatari Foreign Policy in a Precarious Decade, esta transición se basó en tres pilares:
- Mediación internacional activa en conflictos de alta complejidad.
- Diplomacia pragmática, manteniendo canales abiertos con actores en conflicto.
- Proyección de “soft power”, a través de inversiones estratégicas, diplomacia humanitaria y eventos globales como la organización del Mundial de Fútbol de la FIFA en 2022 y otras competiciones internacionales.
Ahora, esta estrategia ha traído a Qatar a América Latina. Para Venezuela, que está bajo sanciones internacionales y con una economía muy dañada, Qatar no es solo un socio en términos de energía o finanzas. Representa una vía para dialogar con Washington de una manera más privada, sin la presión de tener que rendirse o ser parte de la exposición pública. A través de Doha, Venezuela puede tratar temas humanitarios, buscar alivios a las sanciones y, lo más importante, mantenerse en el radar internacional cuando las narrativas suelen dejarla de lado.
Para Qatar, esta relación significa algo similar: una chance de demostrar que puede mediar sin que haya límites geográficos. Poder actuar entre dos adversarios importantes en el continente americano ayuda a Qatar a fortalecer su perfil en la región ganando más influencia fuera del área del Golfo y Oriente Próximo.
Lo interesante es que la incursión de Qatar en Venezuela no es un caso aislado. Doha ha estado creando una red de mediaciones en el ámbito global. Por ejemplo, en 2020, logró facilitar acuerdos entre Estados Unidos y los talibanes. También ha estado envuelto en intercambios humanitarios entre Israel y Hamás en el marco de la crisis de Gaza, y ha liderado negociaciones de paz en lugares como Sudán y Chad. En 2008, ayudó a resolver una crisis política en Líbano con un acuerdo que lleva su nombre. A lo largo de estos esfuerzos, Qatar se ha construido una reputación de no imponer agendas ideológicas, ofreciendo un espacio seguro para el diálogo y, cuando es necesario, poniendo recursos sobre la mesa.
Lo que está sucediendo entre Qatar y Venezuela también nos dice mucho sobre el mundo actual. Primero, América Latina ya no es solo un terreno de influencia de Estados Unidos; países más pequeños como Qatar están encontrando espacios para hacer diplomacia de otra manera. Por otro lado, Venezuela ahora tiene una oportunidad para mantener y construir una alternativa de diálogo que varios de sus aliados como Irán o Rusia vienen empleando para negociar con Trump. Además, Qatar, siendo un gigante en la producción de gas y petróleo, tiene un interés genuino en mantener estables los precios de la energía, lo que le llevó a realizar esfuerzos ante la administración Biden para que el petróleo venezolano volviera a entrar en el mercado legal y saliera del mercado negro donde se encontraba debido a las sanciones. Misma razón con el petróleo ruso que también se encuentra sancionado y es la principal motivación de su vecino Arabia Saudita para mediar entre Rusia y Estados Unidos.
Las relaciones entre Venezuela y Qatar están marcadas por un intento de ambos países de establecer su propia autonomía en un mundo que está cambiando. Venezuela, que ha enfrentado duras sanciones, está en busca de nuevos aliados. Por su parte, Qatar, que ha sabido sobreponerse a las dificultades de un bloqueo en la región del Golfo, se ha reforzado como un jugador clave en la diplomacia, especialmente en situaciones complicadas donde pocos quieren involucrarse.

¿Cómo ha actuado Qatar con otros países sancionados? Caso Rosneft
Un dato no menor es que una parte considerable de la directiva de Rosneft, empresa energética rusa que tuvo inversiones importantes y fue un actor clave en la evasión de sanciones estadounidenses contra Venezuela durante el primer gobierno de Trump, es qatarí. De hecho, cargos tan importantes como el de Presidente del Consejo de Administración de Rosneft están ocupados por qataríes, en ese caso la figura visible es la de Mohammed Bin Saleh Al-Sada quien ejerce el cargo y quien además recibió el premio como “Hombre de Diplomacia Petrolera del Año” en Reino Unido, en el año 2017. Además fue ministro de Estado de Asuntos Energéticos e Industriales del Estado de Qatar hasta 2011.Actualmente ocupa el cargo de Presidente del Consejo de Administración de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Doha , adicionalmente es Miembro del Consejo de Administración de la Fundación Internacional Abdullah Bin Hamad Al-Attiyah. Ambas responsabilidades reflejan su destacado rol en ámbitos tanto educativos como institucionales a nivel internacional y dentro de Qatar.
Rosneft es una de las empresas de petróleo más grandes del mundo y también la principal compañía de energía estatal en Rusia. Desde 2016, el fondo soberano de Qatar, conocido como Qatar Investment Authority (QIA), junto con Glencore, tomó una buena parte de Rosneft, llegando a tener alrededor del 19,5%. Aunque Glencore después vendió su parte, QIA se quedó como el principal inversor extranjero, lo que significa que tienen un papel importante en las decisiones de la empresa. Todo esto ocurrió cuando los principales inversores occidentales se retiraron de la compañía, entonces Qatar llenó el vacío.
Ahora, con todo lo que está pasando en Ucrania, esta relación tiene varios puntos interesantes a considerar. Primero, hablemos sobre cómo esto ayuda a Rosneft a no estar tan aislada financieramente. Desde que Occidente impuso sanciones a Rusia y sus grandes empresas, la participación de Qatar se volvió clave. Qatar es un país que mantiene buenas relaciones tanto con Occidente como con Rusia, lo que puede ayudar a Rosneft a salir adelante. Por ejemplo, Qatar puede ayudar a Rosneft a hacer negocios que serían difíciles para otras empresas rusas bajo sanciones.
Luego está el acceso a nuevos mercados y al capital árabe. Qatar tiene bastante influencia en el mercado global de energía y ha podido ayudar a Rosneft a vender petróleo en lugares como Asia y África. Esto le permite encontrar compradores para su crudo, lo que es muy importante en momentos de presión y aislamiento.
Otro punto a considerar es el peso geopolítico de Qatar. Este país tiene una habilidad especial para tener buenas relaciones con varios actores importantes, incluyendo EE.UU., Irán, Rusia y Europa. Tener a Qatar como socio en Rosneft ayuda a suavizar cualquier presión más fuerte que se quiera imponer a la empresa a nivel internacional. Es como tener un mediador en una discusión complicada, un chaleco antibalas o un escudo al que otros se piensan dos veces antes de hacerle más daño.
Por último, la relación entre Qatar y Rusia puede influir en la matriz energética global. Ambos son grandes productores de energía, y esta alianza podría llevar a una mejor coordinación en los mercados energéticos. Esto es clave, sobre todo ahora que Europa está buscando maneras de disminuir su dependencia del gas y el petróleo rusos después de la guerra de Ucrania.
La participación de Qatar en Rosneft tiene efectos importantes. Ayuda a que la empresa no esté tan sola en el escenario financiero, abre nuevas oportunidades de negocio y da una especie de cobertura política en un momento de presión y sanciones para Rusia.
Del Modelo Chevron al Modelo Rosneft: Lecciones para una Venezuela sancionada de un espejo en el cual mirarse
Tanto Rusia como Venezuela han estado lidiando con sanciones en su industria petrolera, impuestas por el Occidente político. Lo que han hecho es buscar soluciones parecidas. Por ejemplo, están usando la ayuda de amigos estratégicos . Países como China, Irán, India y Turquía , en el caso de Venezuela , están comprando ese petróleo que tiene restricciones a descuentos en el mercado negro.
Una gran lección que seguramente Venezuela ha sacado de la experiencia de Rosneft en Rusia es que tener socios fuertes, como Qatar, puede hacer que operar y comerciar con petróleo sea un poco más manejable, incluso con todas las presiones de las sanciones.
La relación que Qatar tiene con Rosneft es un buen ejemplo y podría sentar un precedente.Venezuela ha estado buscando una conexión con Qatar desde hace algún tiempo En el pasado, Qatar ya había ofrecido financiamiento a PDVSA, la compañía petrolera de Venezuela, hábida cuenta de la caída en los precios del petróleo que ocurrió en 2015 y 2016. Durante ese tiempo, se estaban negociando préstamos a Venezuela y su industria petrolera.
En ese orden de ideas , en 2023, la revista Petroguía publicó que Delcy Rodríguez, en una visita anterior a Qatar, tuvo una reunión con el emir Tamim bin Hamad Al-Thani. Aunque oficialmente se dijo que se trataba de revisar las relaciones entre Venezuela y Qatar, había más bajo la superficie. Los técnicos venezolanos estaban trabajando duro para negociar unos 4.000 millones de dólares en desembolsos. Además, estaban tratando de llegar a un acuerdo con el Fondo Qatar para el Desarrollo y también querían acelerar la firma de un memorando para que Qatar Energy pudiera obtener una licencia para explorar gas en Venezuela. Esto muestra que, más allá de la ceremonia, había objetivos económicos en juego que podrían ser bastante relevantes y que podrían seguir sobre la mesa.
Lo de Rosneft y Qatar es un caso de éxito parcial, y Venezuela debe estar poniéndose al tanto de esto. No obstante, tiene que reconocer que tiene más dificultades, no solo por la menor producción de petróleo que maneja, sino también por convulsiones internas. Aunque Venezuela quiere tomar lección de lo que ha hecho Rosneft con Qatar, no cuenta con la misma fuerza para negociar ni la infraestructura adecuada para hacerlo de la misma manera. Sin embargo, el éxito parcial de Rosneft y Qatar deja un espejo sobre el cual verse que no existía durante el primer gobierno de Donald Trump.
La participación de Qatar en Rosneft muestra que tener un buen aliado financiero puede ayudar a proteger a una empresa petrolera que está bajo sanciones. Venezuela seguramente tiene la mirada puesta en los logros de la alianza ruso- qatarí, pero se encuentra con más obstáculos dentro del país para alcanzar algo similar. Sin embargo, el modelo de Rosneft con Qatar le da indicios y una guía sobre cómo podría armar alianzas en el futuro para eludir las sanciones. La estrategia rusa de evasión que emergió tras el inicio de la Guerra de Ucrania y la imposición de sanciones occidentales podría sentar un precedente de éxito que desde Caracas seguro han seguido con atención anticipándose al escenario de “máxima presión” promovido por Donald Trump.
Rusia y Venezuela son aliados muy cercanos, Moscú fue un apoyo muy importante para Caracas durante la imposición de sanciones estadounidenses durante la primera administración Trump. Por lo tanto, la experiencia rusa será un referente importante para las autoridades venezolanas ante este nuevo pero esperable escenario.
Puentes discretos: ¿Cómo Qatar se convirtió en el intermediario clave para Venezuela?
Desde alrededor de 2022 y 2023, Qatar tuvo un papel crucial como canal de comunicación entre el gobierno de Nicolás Maduro y altos funcionarios en Estados Unidos, en su momento de la administración Biden. Esto ha incluido ayudar en negociaciones que no siempre son directas, y que han dejado algunos resultados como:
- La liberación de ciudadanos estadounidenses que han sido detenidos en Venezuela.
- Un alivio parcial de las sanciones al petróleo a cambio de ciertos progresos en cuestiones electorales o humanitarias en Venezuela.
- La promoción de acuerdos básicos para prevenir una crisis humanitaria y migratoria aún más profunda en el país.
Qatar jugó un papel determinante en establecer un ambiente mínimo para el diálogo entre Estados Unidos y Venezuela, lo que fue crucial al mismo tiempo que se llevaban a cabo conversaciones en lugares como México y Barbados. Esto significa que Qatar podría seguir siendo un canal importante para reducir tensiones o negociar ciertos alivios a las sanciones, temas políticos, excarcelaciones o intercambios en el caso de que Washington y la administración Trump así lo quisiera.Para Venezuela, podría ser útil mirar a Doha como una forma de explorar opciones de financiamiento o apoyo humanitario que no estén tan relacionadas con las sanciones estadounidenses.
El rango de acciones que Qatar puede tomar dependerá de su habilidad para manejar sus relaciones tanto con Washington como con Caracas, tratando de mantener una imagen neutral. Al tener una buena relación con un país como Venezuela, que está más aislado debido a las sanciones, Qatar se posiciona como un interlocutor disponible para todas las partes sin involucrarse directamente en los conflictos entre potencias más grandes.
Desde la perspectiva de Qatar, Venezuela representa un socio valioso en términos de energía y una oportunidad estratégica dentro del nuevo mapa de alianzas globales que ha surgido tras las sanciones
Lo interesante de la relación entre Venezuela y Qatar es que es discreta y, al mismo tiempo, muy práctica. A diferencia de países como China, Rusia, Turquía o Irán, que han mostrado un apoyo más directo a Caracas, Qatar ha mantenido un perfil bajo, centrándose más en la economía, la energía y la diplomacia, sin hacer muchas declaraciones sobre los problemas que enfrenta Venezuela.
Además, la situación de Qatar no es un caso aislado. Hay otros estados en la región del Golfo que también están tomando un papel como mediadores en diversas situaciones.
Omán: mediador entre Estados Unidos e Irán
Por ejemplo, Omán ha sido clave en conversaciones secretas entre Estados Unidos e Irán en torno al programa nuclear iraní. Su política de neutralidad y su imagen de confianza le han permitido actuar como un puente entre países que suelen estar en desacuerdo.
Arabia Saudita: mediador en las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre la Guerra de Ucrania
Por otro lado, Arabia Saudita, que normalmente es vista como una potencia que emplea estrategias más tradicionales, también ha comenzado a actuar como mediadora. Actualmente, está organizando conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en medio de la situación que se vive por la guerra en Ucrania.
El potencial de Qatar como mediador con Venezuela en la era Trump
Si la administración Trump lo desea, Qatar podría ser para el caso venezolano lo mismo que es Omán para el caso de Irán con el programa nuclear o Arabia Saudita para el caso de Rusia con la guerra de Ucrania. De momento, mientras la conducción de la política hacia Venezuela sea dirigida por Marco Rubio y los senadores de Florida, dicha situación parece compleja o poco probable. No obstante, la opción de Qatar y su experiencia previa sigue allí en caso de que Trump opté por una acción más pragmática o de negociación que es encarnada por la figura de Richard Grenell, el Enviado Especial del presidente de Estados Unidos para Venezuela y Corea del Norte.
Durante el primer mandato de Trump, la política exterior estadounidense fue diferente. Con un enfoque a menudo conflictivo y negociaciones bilaterales que a veces se daban de forma discreta, se abrió espacio para que otros actores, como Qatar, intervinieran. A pesar de las sanciones, Estados Unidos mostró interés en no cerrarse plenamente al diálogo con Venezuela. Incluso recién iniciado su mandato, vimos la visita de Richard Grenell a Caracas para negociar la excarcelaciones de ciudadanos estadounidenses en el país.

Dado que Qatar también busca estabilidad en los mercados energéticos, su involucramiento podría facilitar la regularización del petróleo venezolano en mercados internacionales, algo de interés tanto para Caracas como para Estados Unidos.
Qatar ofrece un espacio donde Venezuela puede volver a dialogar con Estados Unidos sin la rigidez del enfrentamiento público. Esto es crucial para manejar temas delicados como la flexibilización de sanciones, la crisis humanitaria, la situación de los migrantes venezolanos y cuestiones estratégicas relacionadas con la política energética.
Para Venezuela, tener a Qatar como intermediario podría significar una mejor inclusión en las negociaciones globales. También podría ayudar a abrir mercados para su petróleo. Desde la perspectiva de EE. UU., recurrir a Qatar podría hacer las cosas más fáciles, enfocándose en una política exterior menos agresiva. Además, los actores deberán comprometerse en procesos de diálogo efectivos y de mantener un balance entre los intereses internos y las realidades geopolíticas de cada actor.
La mediación de Qatar en otros escenarios internacionales muestra que es posible alcanzar acuerdos que, aunque parciales, logren aliviar tensiones sin requerir compromisos políticos excesivamente vinculantes. En el caso de Venezuela no resolvería el conflicto pero podría evitar que siga la tendencia de profundizarse y ser más costoso para la población y también para la región.
Sin embargo, para ello, Venezuela necesita estar dispuesta a hacer compromisos, lo que no siempre es políticamente fácil. También, cualquier cambio en la política de EE. UU. podría influir en la capacidad de Qatar para mediar.
Qatar tiene un papel importante como mediador entre EE. UU. y Venezuela. Su enfoque neutral y discreto, junto con su experiencia, lo coloca en una buena posición para ayudar en un contexto complicado. No obstante, el éxito dependerá de que todas las partes estén dispuestas a dialogar y encontrar puntos en común, algo que de momento luce bastante alejado.
En un contexto donde las relaciones políticas tienden a ser muy rígidas y el orden internacional se fragmenta, Qatar y Venezuela parecen darse cuenta de que, a pesar de sus diferencias, encontrar intereses compartidos puede ser el nuevo enfoque para hacer diplomacia. Maduro parece seguir los pasos de Rusia e Irán en sus acercamientos a las naciones del Golfo.
Las naciones del Golfo se están consolidando como un nuevo puente entre Oriente y Occidente, un espacio donde adversarios geopolíticos pueden dialogar mediante la facilitación diplomática de países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Omán. En el caso de Venezuela, Doha podría ofrecer una oportunidad que no será fácil de construir pero que es muy necesaria para el país y su situación de crisis que podría agravarse tras el recrudecimiento de sanciones y las condiciones críticas que ya arrastraba la nación por las políticas gubernamentales y la crisis multidimensional.
En tiempos de divisiones y rivalidades, son estas pequeñas naciones astutas las que están marcando nuevas pautas en el juego geopolítico. Y aunque Venezuela sigue enfrentando desafíos, no quiere quedarse fuera de esta nueva forma de interacción en el mapa global que viene marcando el escenario internacional. Todo esto marca un contexto al que es necesario prestar atención para comprender la importancia y las implicaciones de la visita que realiza Delcy Rodríguez en este momento a Qatar
Bajo este contexto y en el marco de un encuentro diplomático, el Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, y la Vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, acompañados por el Primer Ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, revisaron los avances de la agenda de cooperación bilateral entre ambas naciones, además de intercambiar perspectivas sobre temas de interés global. La reunión destacó por su enfoque en fortalecer los vínculos estratégicos y analizar desafíos comunes en el escenario internacional.