Elecciones en Bolivia: ¿el fin de la era del MAS?

Evo Morales, presidente de Bolivia entre 2006 y 2019, hoy llama al voto nulo tanto contra la derecha como su antiguo partido, el MAS. Fotografía: Samuel Auguste.


Jorge Barragán es analista internacional, egresado de la Universidad Central de Venezuela.

Guacamaya, 14 de agosto de 2025. Bolivia se prepara para acudir a las urnas este domingo 17 de agosto, en unos comicios que, según las encuestas más recientes, tienen un 99% de probabilidades de desembocar en balotaje el 19 de octubre. La razón es clara: ningún candidato alcanzaría el 50% de los votos necesarios para ganar en primera vuelta.

La competencia principal enfrenta al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga y al empresario Samuel Doria Medina. Por primera vez, algunos estudios colocan a Quiroga como ganador, aunque Medina sigue siendo el favorito para imponerse en la primera vuelta.

El contexto es inédito: la izquierda boliviana llega fragmentada y sin un candidato sólido, después de que el presidente Luis Arce renunciara a la reelección y el expresidente Evo Morales quedara imposibilitado judicialmente de presentarse. La disputa interna entre ambos líderes ha debilitado al Movimiento al Socialismo (MAS), que gobernó el país por casi dos décadas.


Un país bajo presión económica y social

La campaña se desarrolla en medio de una inflación récord, cercana al 25% interanual según cifras oficiales, y con una escasez de dólares y combustible que ha generado protestas y tensión social.

La crisis se agrava por la caída en las exportaciones de litio, la reducción de ingresos fiscales y divisiones políticas internas. Morales, inhabilitado y en conflicto con el actual gobierno, ha llamado a votar nulo, debilitando aún más las opciones de su corriente política. Candidatos como Andrónico Rodríguez —quien alguna vez fue señalado por Morales como su sucesor y ahora lo señala de traidor— y el exministro Eduardo del Castillo, respaldado por Arce, enfrentan un electorado disperso y poco motivado.


El fin de una alianza estratégica con Venezuela

Históricamente, Bolivia ha sido uno de los aliados más fieles de Venezuela en Sudamérica. Desde la estrecha relación entre Evo Morales y Hugo Chávez hasta la continuidad con Nicolás Maduro, La Paz mantuvo vínculos comerciales, diplomáticos y políticos ininterrumpidos.

Actualmente, ambos países mantienen un intercambio comercial neto cercano a 9 millones de dólares anuales y un vuelo directo entre La Paz y Caracas. En foros internacionales, Bolivia ha votado consistentemente a favor de posiciones impulsadas por el gobierno venezolano. Sin embargo, todo apunta a que el próximo gobierno boliviano tendrá un viraje ideológico que pondrá fin a esta alianza.


Quiroga vs. Doria Medina: el nuevo eje político

Los dos principales contendores que empezaron la campaña siendo aliados hoy representan proyectos políticos distintos, pero con un elemento común: ambos plantean un giro hacia el centro-derecha, alejándose de la línea ideológica del MAS.

Samuel Doria Medina

  • Perfil: Empresario y socialdemócrata, con experiencia como ministro de Planeamiento (1991-1993) durante el gobierno de Jaime Paz Zamora. Fue uno de los arquitectos del proceso de privatizaciones de los años noventa.
  • Propuesta económica: Ajuste fiscal, privatización de empresas públicas y atracción de inversión extranjera, especialmente en el sector gasífero con Brasil y Petrobras.
  • Política exterior: Restablecer relaciones con Estados Unidos, fortalecer vínculos con Europa y mantener relaciones con Rusia y China. Suspendería relaciones con Cuba y Venezuela “hasta que vuelva la democracia” y retiraría al país del ALBA, manteniendo su participación en los BRICS.

Doria se presenta como empresario outsider, pero esta es su quinta (5) presentación a una elección presidencial, así como actualmente es Vicepresidente para América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista

Jorge “Tuto” Quiroga

  • Perfil: Político conservador y expresidente de Bolivia por un breve periodo (2001-2002).
  • Propuesta económica: Reestructuración mediante financiamiento del FMI y políticas ortodoxas de estabilización.
  • Política exterior: Alineación plena con Estados Unidos, salida del Mercosur y ruptura de relaciones con Irán. Ha sido una figura crítica del chavismo y del PSUV en foros internacionales como el Grupo IDEA.

Luego de tres intentos fallidos a la presidencia, Jorge Quiroga busca retornar a la cima del Palacio Quemado. El candidato de la alianza Libertad y Democracia (que compite con el nombre Libre).  Ha sido un opositor férreo durante casi 20 años al Movimiento al Socialismo (MAS)


El peso de Santa Cruz y la incógnita del voto rural

La región de Santa Cruz, con un 22% de indecisos y el mayor peso poblacional del país, podría decidir no solo el ganador de la primera vuelta, sino también quién parte con ventaja hacia el balotaje.

La historia del voto rural —que representa cerca del 30% del padrón y fue clave para el MAS durante dos décadas— podría generar sorpresas. Es la tabla de salvación que espera el candidato de izquierda Andronico Rodríguez para pasar a el balotaje pero que a grandes rasgos parece improbable, sumando su caída en las encuestas y la declaración en su contra de Evo Morales esta última semana.


El factor sorpresa: Rodrigo Paz

Un nombre que empieza a resonar es el de Rodrigo Paz, candidato del Partido Demócrata Cristiano e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora. Acompañado por Edman Lara, un ex capitán de la Policía Nacional conocido por sus denuncias de corrupción, Paz ha ganado popularidad en redes sociales particularme en TikTok. Las encuestas lo colocan sorpresivamente en tercer lugar, a lo que podría captar un número significativo de votos y convertirse en un factor de negociación en segunda vuelta.


Un viraje ideológico con repercusión regional

De confirmarse el balotaje y la victoria de alguno de los dos principales contendores, Bolivia pasará a alinearse con gobiernos de centro-derecha en la región, rompiendo con más de 17 años de hegemonía del MAS (salvo el interinato de Jeanine Áñez).

Este cambio tendría un impacto directo en la geopolítica sudamericana, en la relación con Venezuela y en la posición boliviana frente a bloques como el ALBA, Mercosur y BRICS.

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