China eleva su procesamiento de crudo al nivel más alto desde 2023 impulsada por márgenes y crudo barato

Las refinerías han alcanzado un récord gracias en parte al petróleo de países sancionados como Venezuela, Irán y Rusia. Fotografía: Redes sociales CPECC

Guacamaya, 15 de julio de 2025. Las refinerías chinas procesaron en junio 15,2 millones de barriles diarios, recuperándose tras las paradas de mantenimiento y aprovechando precios favorables en medio de tensiones globales y sanciones.

Las refinerías de China registraron en junio su mayor nivel de actividad desde septiembre de 2023, procesando 15,2 millones de barriles diarios (bpd) de crudo, un 8,5% más que en el mismo mes del año anterior establece Bloomberg. La recuperación obedece al fin del mantenimiento estacional de primavera y a la mejora de los márgenes de refinación, especialmente en el diésel, que impulsó a las plantas a aumentar su ritmo de trabajo antes del pico estival de demanda.

El dato supone un marcado repunte frente a los 13,92 millones de bpd de mayo, el nivel más bajo en nueve meses, cuando una intensa agenda de paradas programadas redujo la actividad incluso por debajo de los 14,12 millones de bpd de abril indica la agencia Bloomberg

Las importaciones de crudo también subieron con fuerza: en junio alcanzaron los 12,14 millones de bpd, un 7,4% más interanual, apoyadas en mayores envíos desde Arabia Saudí e Irán. Según analistas, muchas refinerías chinas aprovecharon la coyuntura de precios relativamente bajos para acumular reservas de crudo barato, previendo posibles interrupciones derivadas de sanciones o conflictos en Oriente Próximo.

Venezuela, Oriente Próximo y Ucrania: el telón de fondo geopolítico

El repunte de la actividad china se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas. Las sanciones occidentales sobre el petróleo ruso e iraní han desplazado grandes volúmenes hacia Asia, con China como principal comprador. Además, las exportaciones petroleras de Venezuela —también sancionada— a China han aumentado tras el aumento de las restricciones  estadounidenses.

La dinámica refuerza la estrategia de Pekín de diversificar proveedores sancionados para asegurarse un suministro estable y barato, al tiempo que brinda oxígeno económico a socios estratégicos enfrentados con Washington y Bruselas.

En Oriente Próximo, las tensiones en el Golfo y el conflicto en Gaza mantienen la amenaza de interrupciones en las rutas petroleras, lo que añade volatilidad a los mercados y hace más valiosa la acumulación preventiva de inventarios por parte de China.

Por su parte, la guerra en Ucrania —que en sigue sin resolverse y ha generado nuevas rondas de sanciones energéticas contra Rusia— ha redibujado los flujos comerciales globales de hidrocarburos, empujando a Moscú a vender más petróleo con descuento a Asia. Esto también ha beneficiado a las refinerías chinas, que procesan crudo ruso a precios ventajosos.

El robusto apetito de China por el crudo en junio y las altas tasas de refinación se perfilan como un factor alcista para los precios del petróleo en las próximas semanas, especialmente en un mercado de verano más ajustado de lo que se preveía. La demanda china podría contrarrestar parcialmente las debilidades en otras regiones y mantener la presión sobre los inventarios globales.

En ese sentido, las refinerías chinas no solo responden a una lógica económica interna de márgenes, sino que actúan también como un engranaje clave en la geopolítica de la energía, beneficiándose de la reconfiguración de los flujos petroleros marcada por sanciones, conflictos y alianzas estratégicas

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