Los presidentes Nicolás Maduro de Venezuela y Masoud Pezeshkian de Irán, en una reunión bilateral durante la cumbre de los BRICS+ en Kazán, Rusia en octubre de 2024. Fotografía: Ministerio de Comunicación.
Guacamaya, 11 de junio de 2025. Irán y Venezuela se están acercando al final de un acuerdo comercial que eliminará los aranceles sobre materias primas y otros bienes entre las dos naciones. La última versión se terminará en los próximos días, según lo declarado por el viceministro de Comercio iraní, Hamid Dehghan, en una reunión en Teherán con su contraparte, el venezolano Johann Álvarez.
Ambos países se están preparando para firmar un acuerdo de libre comercio que podría profundizar aún más sus lazos económicos. Según el Viceministro de Comercio de Irán, los funcionarios de ambas naciones están finalizando los aspectos técnicos del pacto, que abarcará un catálogo de bienes sin impuesto de importación. Dehghan enfatizó que este pacto beneficiará a ambos países “igualmente y amigablemente”, y ayudará a aumentar un aumento significativo en el comercio mutuo.
“El acuerdo permite que Irán y Venezuela sirvan como centros comerciales en Asia y América del Sur”, declaró el representante iraní al medio Hispan TV en una discusión prolongada en Teherán con el venezolano Viceministro de Promoción de Comercio Exterior e Inversión.
Mientras tanto, Álvarez enfatizó que el comercio actual entre las dos naciones no refleja el poder de sus conexiones políticas y que el acuerdo creará nuevas oportunidades para que Irán invierta en las industrias clave de Venezuela.
La noticia llega también tras el Encuentro Empresarial Venezuela-Irán el 1 de junio, que se llevó a cabo en el Hotel Eurobuilding de Caracas. En representación de Tehrán estuvo el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica, Mohammad Baqer Qalibaf.
En febrero, Ahmad Firuzi, jefe de la Organización Europea y Americana de Desarrollo Comercial de Irán, recordó que Irán y Venezuela habían acordado un acuerdo comercial hace dos décadas, pero nunca se puso en acción. La reutilización de esa herramienta se ha acelerado recientemente debido al impulso del actual gobierno iraní.
Luego, Firuzi mencionó que el nuevo acuerdo facilitará a los productos iraníes llegar al mercado venezolano y otras naciones latinoamericanas, al tiempo que reduce los gastos de transporte y aumenta la competitividad contra los jugadores como él también enfatizó la necesidad de ampliar la gama de bienes iraníes para la venta y fortalecer sus enlaces comerciales en el área.
La próxima firma del acuerdo, anticipada que sucederá pronto, podría servir como un medio importante para evitar las penalizaciones globales y mejorar la asociación sur-sur entre dos naciones con objetivos políticos similares.
El contexto importa: Irán habla con los Estados Unidos sobre asuntos nucleares mientras refuerza vínculos con Venezuela
Todo esto ocurre al mismo tiempo que el contexto internacional está envuelto en importantes tensiones: Irán está teniendo conversaciones continuas no directas sobre asuntos nucleares con los Estados Unidos, con Omán como mediador. El resultado de esas conversaciones tendrá implicaciones geopolíticas significativas tanto para Oriente Próximo como para el mercado energético mundial. La tensión ha crecido tras el posible fracaso de las negociaciones y las acciones que Israel podría tomar.
Estados Unidos por su parte no ha renovado las licencias petroleras para compañías occidentales como Chevron para continuar sus operaciones en Venezuela. Además las tensiones públicas han aumentado entre Washington y Caracas, sin embargo también se han mantenido negociaciones respecto a migración y liberación de detenidos.
Tanto Caracas como Teherán han sido blanco de Trump en ambas administraciones, por lo tanto refuerzan sus vínculos ante posibles medidas de presión y mayor aislamiento de occidente. Irán ya jugó un papel importante para contrarrestar las sanciones estadounidenses impuestas a Venezuela en el año 2020 llegando a tener momentos de tensión con Washington por el envío de barcos con gasolina al país caribeño.
Irán: sanciones, resistencia y alianzas estratégicas
El impulso de Irán por un acuerdo con Venezuela no puede entenderse sin tener en cuenta el complejo sistema de sanciones multilaterales y unilaterales, que enfrenta y han enfrentado. Desde 2006, Irán ha estado bajo sanciones de la ONU por sus actividades nucleares, y desde 1979, Estados Unidos ha impuesto un régimen continuo de sanciones económicas, que se volvió más estricta en 2018 con la retirada estadounidense del acuerdo nuclear (JCPOA).
Estas sanciones han perjudicado enormemente su economía, disminuyendo las ventas de petróleo, restringiendo el acceso a la moneda, aislando su sistema bancario de la red rápida y causando impactos sociales como el aumento de los precios, la escasez y la disminución de las condiciones de vida.
Ante esto, Irán ha implementado un enfoque de resistencia diverso cuando en 2012 Ali Jamenei, promovió el concepto de “economía de resistencia” basado en la reorientación hacia la producción nacional. También desarrolló un esquema de venta clandestina de petróleo a través de Malasia, un intermediario también usado por Venezuela
La diversificación de socios económicos como China, Rusia y Venezuela ha sido clave para darle salida a los productos iraníes y obtener ingresos.
El comercio alternativo también ha sido utilizado: trueque, criptomonedas, monedas no occidentales han cobrado fuerza para evadir sanciones a través de exportaciones no petroleras.
La estrategia iraní consiste en dos ejes fundamentales:
- Alentar bienes nacionales y reducir los bienes extranjeros. Una estrategia dirigida por los líderes de Irán con el objetivo de reducir la dependencia de factores externos.
- Crecimiento militar independiente: centrarse en cohetes y aviones no tripulados, incluyendo la fabricación de drones
El caso de autarquía iraní y su esquema de evasión para vender petróleo de forma clandestina ha sido estudiado por países como Rusia y desde luego ese modelo para las autoridades de Venezuela también ha sido objeto de atención.

Un eje informal de naciones sancionadas: Irán, Venezuela, Rusia y Corea del Norte
El acuerdo entre Teherán y Caracas es parte de un creciente patrón de colaboración entre las naciones dirigidas por las sanciones occidentales, que abarca a Irán, Venezuela, Rusia, Corea del Norte. Estas naciones han fortalecido su colaboración entre varias de ellas través de:
- Acuerdos de energía y logística para vender petróleo, reparación de refinerías y comercio marítimo para la evasión de sanciones. Rusia, Irán y Venezuela ya han probado el uso de flotas “zombies” para la venta exitosa de petróleo en el mercado negro.
- Trabajo en equipo de moneda digital, banca de lado a lado y diferentes transferencias de dinero en lugar del dólar estadounidense.
- Alianzas diplomáticas y apoyo mutuo en foros internacionales como Naciones Unidas para desplegar una estrategia de denuncia y también de presión para el levantamiento de sanciones multilaterales y unilaterales.
Un ejemplo claro de esto ocurrió con la supervisión de sanciones a Corea del Norte por parte del Consejo de Seguridad de la ONU que fue suspendida por Rusia sentando un precedente importante para estos casos.
En 2024, Moscú vetó un proyecto de resolución que buscaba prorrogar por un año el mandato del comité de expertos encargado de supervisar las sanciones, el cual había sido respaldado por 13 de los 15 miembros del organismo. China se abstuvo. Por otro lado, el acercamiento entre la República Popular Democrática de Corea y Rusia ha debilitado tanto el régimen de sanciones multilaterales impuesto sobre Corea del Norte como los esfuerzos de occidente por aislar a Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania. Ambos procesos han fracasado parcialmente, y han contribuido a consolidar una creciente cooperación entre países sancionados, lo que a su vez ha reducido la eficacia de estas medidas como herramienta de presión internacional. Lo ocurrido con Corea del Norte podría replicarse en otros casos de sanciones.
El patrón de cooperación entre Corea del Norte y Rusia —caracterizado por el intercambio de recursos estratégicos, asistencia militar y respaldo diplomático— refleja una tendencia más amplia entre países sancionados que buscan formas de eludir o neutralizar las presiones económicas impuestas por Occidente. Aunque el caso de Irán y Venezuela presenta diferencias en cuanto a objetivos y alcances, también se inscribe dentro de esta lógica de alianzas no alineadas con el orden liberal internacional.
Tanto Irán como Venezuela enfrentan regímenes de sanciones severos, especialmente por parte de Estados Unidos, que han afectado sectores clave como el petróleo, las finanzas, el comercio internacional y la inversión extranjera. Ante estas restricciones, ambos países han recurrido a una cooperación bilateral orientada a mitigar los efectos de las medidas coercitivas, garantizar el flujo de bienes estratégicos y servicios, y crear canales económicos paralelos que les permitan sostener su actividad productiva y fortalecer su margen de maniobra geopolítica.
A diferencia de la cooperación entre Rusia y Corea del Norte, centrada en la dimensión militar y la confrontación directa con los países de la OTAN y sus aliados asiáticos, el eje Irán-Venezuela está más enfocado en el ámbito económico-comercial y energético. Sin embargo, en ambos casos se observa un patrón común: la configuración informal de esquemas de cooperación entre países sancionados, con mecanismos alternativos de pago, intercambio en moneda local o trueque, uso de criptomonedas y redes logísticas no convencionales.
Este tipo de alianzas no sólo busca resistir las sanciones, sino también cuestionar la legitimidad y eficacia del uso de las sanciones como herramienta de presión política. En conjunto, estos casos reflejan una evolución del sistema internacional hacia una mayor fragmentación y la emergencia de nuevas redes de cooperación Sur-Sur, impulsadas por la necesidad de autonomía estratégica frente a las potencias occidentales.
¿Qué significa para Irán?
Para Irán, crear fuertes conexiones comerciales con Venezuela proporciona acceso a recursos importantes y nuevos mercados, y también aumenta su capacidad para resistir el control financiero y geopolítico por parte de los Estados Unidos. Mientras tanto, Caracas adquiere bienes fabricados y un aliado global que no le exige cambios internos en el tema político.
La próxima firma del acuerdo de libre comercio entre Irán y Venezuela es más que una acción de dos países: es una declaración política y económica de independencia de las sanciones, y un signo de la estructura de poder global cambiante. Con él, su plan de oposición económica se fortalecerá formando asociaciones con aquellos en desventaja similar por el sistema global, mientras se establece como una figura importante en el Medio Oriente y América Latina.
Tras la no renovación de las licencias petroleras por parte de Estados Unidos, Venezuela firmó un Acuerdo de Asociación y Cooperación Estratégica por diez años con la Federación de Rusia. La vicepresidenta Delcy Rodríguez visitó China, mientras que el presidente Nicolás Maduro se reunió con Xi Jinping y con Vladimir Putin en Moscú. Además, Venezuela podría estar cerca de firmar un acuerdo de libre comercio con Irán.