Militares argentinos contaron a La Política Online que las fuerzas armadas de su país no están en condiciones de entrar en combate. En la imagen, el buque patrullero ARA King. Fotografía: Gobierno de Argentina.
Guacamaya, 7 de octubre de 2025. El gobierno de Estados Unidos habría pedido a Argentina, Ecuador y El Salvador que se sumen al despliegue naval en el Caribe para presionar a Nicolás Maduro, según informa La Política Online, un portal de noticias argentino.
La nota clarifica que la decisión no sería por necesidad militar, sino para sumar músculo político entre los aliados regionales en la ofensiva de Washington contra Maduro. Un militar argentino explicó a LPO que el pedido se dio para “una muestra de adherencia política más que militar pero en caso de aceptar tendría que pasar por el Congreso”.
El mismo miembro de las fuerzas armadas explicó que Argentina no tiene la capacidad de entrar en combate, y que su aparición sería similar a la Guerra del Golfo (1990-1991), sería “algo testimonial”.
Otro militar contó al portal de noticias que “no es factible” que Buenos Aires se apunte al despliegue militar. Primero, por los recursos que el país tiene disponibles, y segundo porque necesitaría formar parte de una coalición multinacional amparada y legitimada por organismos internacionales, como la ONU.
Varios gobiernos latinoamericanos se han sumado a una campaña simbólica de presión contra Maduro al designar al supuesto Cartel de los Soles como organización terrorista, siguiendo directrices de Washington. Entre ellos están Argentina, Ecuador, Paraguay y República Dominicana.
El Senado de Colombia también aprobó una moción en este sentido, pero el presidente Gustavo Petro ha afirmado que “el Cartel de los Soles no existe”.
Los gobiernos de Venezuela y Argentina no tienen relaciones desde el inicio de la presidencia de Javier Milei, y las fricciones aumentaron con el asedio de la embajada en Caracas mientras albergaba varios dirigentes de oposición, así como con la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele se ha presentado como aliado de la agenda política de Trump en varias ocasiones. En marzo, aceptó recibir a 250 migrantes venezolanos deportados de Estados Unidos para encerrarlos en el CECOT. Estos fueron usados como moneda de cambio en julio para obtener la liberación de presos políticos y ciudadanos estadounidenses en Venezuela.







