¿Qué sabemos de los nuevos contratos petroleros en Venezuela?

La refinería de Amuay, dentro del Centro de Refinación de Paraguaná, en el estado Falcón de Venezuela. Según fuentes extraoficiales, una empresa china sancionada por EE. UU. estaría entrando en su operación a través de un contrato de servicios. Fotografía: Luis Ovalles.

Guacamaya, 8 de junio de 2025. En meses recientes, se ha filtrado una supuesta lista de empresas que firmaron “contratos de participación productiva” (CPP) con PDVSA. También se ha hablado de un mayor rol de empresas chinas en Venezuela, a medida que se recrudecen las sanciones por parte de Estados Unidos.

El gobierno venezolano también ha anunciado grandes acuerdos e inversiones en el sector petrolero, entre visitas oficiales y extraoficiales. Llegaron la Corporación Petrolera de Turquía (TPAO), TNG Group de Rusia, y Oranto Petroleum de Nigeria. Mientras tanto, el activista político Iván Freites afirma, en sus redes sociales, que “China está tomando el control de PDVSA”.

Realmente, ¿qué sabemos de los acuerdos e inversiones más recientes en el sector de hidrocarburos venezolano? A través de Orinoco Research, solo ha sido posible confirmar o desmentir solo algunas de estas informaciones. Una gran parte de la industria trabaja bajo las sombras, con el amparo de la “Ley Anti-Bloqueo”.

¿Qué es el CPP? ¿Qué lista?

El CPP es un contrato de producción compartida, es decir, que permite que el inversor privado pueda llevarse barriles de crudo—hasta un 55% en algunos casos—como pago por operaciones y servicios en campos petroleros. También incorpora otros elementos, como que el inversor también se encargue de la procura.

El CPP nace con la Ley Anti-Bloqueo de 2020, creada por la Asamblea Nacional Constituyente para generar respuestas a las sanciones económicas de Estados Unidos. En este caso, crea un esquema para la producción petrolera mucho más rentable que el principal en Venezuela, la empresa mixta, en la que se requiere que PDVSA sea socio mayoritario.

Ese marco “por defecto” se volvió infructuoso en muchos casos, con el añadido de impuestos especiales. Por eso se crearon tanto los CPPs como otros contratos de servicios, e incluso el nuevo formato de empresa mixta conocido como “modelo Chevron”.

Volviendo a la lista. El plan filtrado incluye nueve empresas que habrían firmado CPPs con PDVSA, según fuentes dentro de la estatal venezolana. En total, los 13 proyectos tendrían el objetivo de llegar a una meseta de producción de producción de 890.000 barriles por día, con una inversión—CAPEX—de 32 mil millones de dólares. Estas podrían ser la mayor parte del cálculo del ministro de industrias y presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva (CIIP), Alex Saab: que ya hay 52 mil millones de dólares en “inversiones amarradas”.

Los proyectos se reparten entre dos de los principales depósitos de hidrocarburos del mundo: la cuenca del Lago Maracaibo, en el Occidente del país; y la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO), en el Oriente.

Aunque históricamente la industria petrolera se ha enfocado en el Lago Maracaibo, la mayor parte de las reservas de crudo en Venezuela se encuentran en “la Faja”, que sigue la costa norte del Río Orinoco cruzando Guárico, Anzoátegui y Monagas. La FPO, con 258 mil millones de barriles de crudo, sería comparable a las Arenas de Alquitrán de Athabasca, en Canadá.

“Maduro está entregando PDVSA a los chinos”

La empresa más mencionada es hasta ahora China Concord Petroleum. Con sede en Hong Kong, ya ha sido sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. por negocios con Irán. Según reportes, habría acordado operar dos bloques en el Lago Maracaibo, que en parte coincidirían con la empresa mixta Petrolera Bielovenezolana. Esta es, efectivamente, una sociedad entre PDVSA y Belorusneft.

También existen reportes extraoficiales de que China Concord estaría ofreciendo servicios en el Centro de Refinación de Paraguaná, el segundo complejo con mayor capacidad instalada del mundo. Sin embargo, esta información no se ha confirmado.

Anhui Guangda Mining Investment Co., una empresa de China continental, también habría firmado un CPP para el bloque Ayacucho 2. En la Faja del Orinoco, este sería un proyecto “greenfield” o a campo abierto, a diferencia de otros en los que la empresa privada toma infraestructura ya existente.

Según la página web de la empresa, su presidente Zhang Daofu se reunió con el entonces ministro de petróleo venezolano, Pedro Rafael Tellechea, en enero de 2024.

Según fuentes extraoficiales, la empresa Kerui Petroleum también habría firmado un memorándum de entendimiento con PDVSA. Sin embargo, este proyecto no ha mostrado ningún avance. Kerui sí prestó servicios a pozos en el Lago Maracaibo en 2016.

Las apuestas de norteamericanos, más allá de Chevron

En abril de 2024, LNG Energy Group publicó que había firmado CPPs para operar dos bloques en la Faja Petrolífera del Orinoco: Nipa-Nardo-Niebla y Budare-Elotes. Sin embargo, la empresa añadió que sus operaciones sólo se podrían dar a cabo con autorización de la OFAC.

LNG Energy es una empresa que principalmente produce hidrocarburos en Colombia, aunque cotiza en la bolsa canadiense TSX Venture Exchange. Es común para empresas mineras y de hidrocarburos que tengan sedes financieras en Canadá, donde encuentran un entorno favorable.

También vemos North American Blue Energy Partners (NABEP), que está afiliada a Global Oil, la empresa del magnate estadounidense Harry Sargeant III. Esta habría logrado aumentar la producción de Petrozamora, en el Lago Maracaibo, de 25,000 barriles por día a principios de 2024 a más de 55,000 este año.

Este año habría emprendido nuevas operaciones en Junín Sur y Petrocedeño, en la FPO. El último proyecto mencionado incluye uno de cuatro mejoradores de crudo en Venezuela, ahora siendo el único operativo junto al de Petropiar, una empresa mixta de Chevron con PDVSA.

Se desconoce cuál será el destino de las operaciones de NABEP en Venezuela tras la cancelación de todas las licencias por parte del Departamento del Tesoro de EE. UU., así como el de otras empresas occidentales.

Aparte de los CPPs, existe otro caso en el mundo de las mixtas: Amos Global Energy, empresa de Ali Moshiri, el expresidente de Chevron África y América Latina. Paradójicamente, es una empresa norteamericana—junto al fondo de inversión Gramercy—que firmó la compra de la participación del 32% de la estatal china Sinopec en Petroparia. Sin embargo, como era de esperar, necesitan una autorización de la OFAC para empezar operaciones en Venezuela.

Petroparia es un proyecto costa afuera en la región del Golfo de Paria, tal como indica su nombre, cercano a la isla de Trinidad. Se proyectan importantes reservas tanto de petróleo como de gas. Es adyacente con las empresas mixtas de Petrosucre y Petrogüiria, en las que Amos Global Energy también estaría interesada.

El mapa petrolero oficial de Venezuela para 2023. Fuente: Ministerio de Hidrocarburos.

Empresas pequeñas, más o menos desconocidas

La lista de empresas que han firmado CPPs o contratos similares contiene otras empresas relativamente pequeñas en el mundo petrolero, y en gran parte desconocidas por el público general, contrastando con gigantes como Chevron o Repsol.

La más conocida sería Aldyl Argentina, con presencia en Vaca Muerta, en su país de origen. Habría firmado un acuerdo por el campo Morichal en la Faja del Orinoco. La producción de ese campo ya habría subido de 45,000 a 65,000 barriles por día en el último año, aunque se desconoce hasta qué punto se debe al “esfuerzo propio” de PDVSA o a contratos de producción compartida.

En la lista también están el Consorcio Alvarado & Cladoca (Brasil); Miller Energy Trading (Turquía); Accumes Holdings (Suiza); Vulcan Energy Technology (Alemania y Australia). No se ha podido confirmar la información que provee la lista.

La empresa militar Camimpeg tendría un acuerdo de servicios en el campo Ambrosio, en el Occidente del país. Este forma parte de una empresa mixta con la anglo-francesa Perenco, que a pesar de ser accionaria ya no opera en Venezuela.

New Stratus Energy: Dentro y fuera en menos de un año

En 2024 trató de entrar en una empresa mixta New Stratus Energy (NSE), José Francisco Arata, exdirectivo de la coloquialmente conocida como PDVSA “meritocrática”. NSE adquirió el 50% de GoldPillar International Fund, del empresario italiano Francisco Favilla, quien facilitó el acuerdo. Este también ganó una comisión de 8.5 millones de dólares.

Goldpillar a su vez entró como socio de PDVSA con un 40% de Petrolera Vencupet, una empresa mixta que fue inicialmente creada con la petrolera estatal cubana, CUPET.

A finales del año, el proyecto fue disuelto. En un comunicado de prensa, NSE alegó que las razones fueron “la imposibilidad de recuperar el capital invertido bajo los acuerdos contractuales originales; el deterioro del entorno para la inversión extranjera en Venezuela; la cancelación de todas las licencias por parte de la administración Trump; y la aparición de oportunidades de inversión alternativas consideradas más viables y estratégicamente alineadas con los objetivos de la Corporación – específicamente el Bloque 60 en Ecuador”.

Un mural en el centro de Caracas celebra la alianza entre Venezuela e Irán. Fotografía: Guacamaya.

¿Qué hay de la cooperación con el Sur Global?

¿Qué pasó con las empresas mencionadas al inicio? TPAO de Turquía, TNG de Rusia y Oranto de Nigeria. Lo cierto es que es común que se anuncien grandes acuerdos con empresas extranjeras, principalmente de países aliados, sin que se lleguen a concretar inversiones. También se ha hablado de la petrolera estatal iraní, que todavía no ha incursionado en la extracción en Venezuela, a pesar de la cooperación entre Teherán y Caracas.

Por otra parte, el capital que sí aterriza en Venezuela suele hacerlo silenciosamente. Algunas de las inversiones mencionadas en aquella lista ya se están llevando a cabo, mientras los inversores han logrado producir y vender los primeros barriles.

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