Stalin González: “Yo creo que Venezuela está en un proceso de cambio”

Stalin Gonzlález en su oficina de la sede caraqueña de su partido, Un Nuevo Tiempo. Fotografía: Elías Ferrer.

Guacamaya, 11 de mayo de 2025. Hablamos con Stalin González, dirigente del partido de oposición Un Nuevo Tiempo (UNT), liderado por Manuel Rosales, gobernador del Estado Zulia. Nos encontramos en la oficina del partido en Caracas.

Acaba de llegar de un acto de campaña en Catia, en el oeste de Caracas, por las elecciones de este 25 de mayo. Se disputan la Asamblea Nacional y las gobernaciones de los 24 estados del país. Se presenta como candidato para el parlamento a través de la lista nacional.

Está preocupado de que muchos ciudadanos no se han enterado todavía de las elecciones, y quedan solo dos semanas. Sospecha que esa sea la intención del oficialismo, para no enfrentar una alta participación opositora.

De padres sindicalistas, creció en Catia y La Candelaria. Le pusieron Iván Stalin de primer y segundo nombre, en honor a líderes comunistas soviéticos. Estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde emergió como dirigente del movimiento estudiantil. Estos en 2007 pararon en seco la propuesta de reforma constitucional de Hugo Chávez en un referéndum.

Fue diputado de 2011 a 2021. En enero de 2019, cuando Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclamó como presidente encargado de Venezuela, Stalin González era segundo vicepresidente del parlamento.

Con el tiempo, se convirtió en un negociador, participando en diálogos entre la oposición venezolana, el gobierno de Maduro y los Estados Unidos en varias ocasiones. Este tema se convierte en el principal en esta entrevista.


Pregunta: La oposición venezolana ha llamado la abstención varias veces. Esta vez parece que tienen más razones de peso, sobre todo después del 28 de julio. Y es algo que he escuchado mucho en conversaciones en la calle, que votar no va a salir para nada. Incluso que el gobierno ya preparó unos resultados con unos pocos diputados y gobernadores de oposición. Entonces, ¿para qué votar el 25 de mayo?

Respuesta: A ver, lo primero que creo que es, ciertamente, como lo dices en la pregunta, la oposición ha usado ese método en otras oportunidades. Creo que eso nunca ha tenido un resultado favorable. Como lo dices en la pregunta, también pareciera haber razones de peso en esta oportunidad para no votar.

El tema aquí es que yo creo que está en juego la democracia. En la democracia como la conocemos en el mundo, pero con la democracia en Venezuela, hay un riesgo con el tema de Nicaragua y Cuba. Yo creo que Venezuela no es Nicaragua ni Cuba. Y para lograr que eso no se consolide, si ese es el proyecto, hay que aprovechar cualquier espacio y ventana, oportunidad que haya para defender la democracia.

Y yo creo que hoy la elección hay que verla como un proceso para la lucha, para reivindicar la lucha, como un acto de rebeldía. O sea, ¿Qué es más rebelde hoy que ir a votar de nuevo contra el gobierno? Y un acto de resistencia. Así lo veo yo, que abandonar los espacios nunca ha sido un buen plan.

P: ¿Y cómo hacer respetar los resultados?

R: Bueno, esa es una gran duda que todos tenemos. Ahora, ¿qué hacer? Seguir demostrando que eres mayoría, seguir demostrando que el país no los quiere, seguir buscando que las instituciones reconozcan la soberanía popular. Yo en este día que fui a Bolívar, decía, no puede ser que 200 años después del discurso de Angostura… cuando tú lees el discurso de Angostura, lo primero que dice Simón Bolívar es que se reconozca la soberanía popular. 200 años después estamos en eso. Pero esa es la lucha. ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos en la casa? ¿Nos vamos del país? ¿Nos metemos todos en una embajada? Eso no pareciera que sea un plan viable.

“Yo vengo una familia de dirigentes sindicales. No hay contrato colectivo en el planeta Tierra que no se haya logrado con una negociación y con fuertes protestas.”

P: Se te considera uno de los negociadores más fiables entre la oposición y el gobierno de Maduro y también has conversado muchas veces con el gobierno de Estados Unidos, con varias administraciones. ¿Y qué ha tenido que negociar la oposición para participar en este mayo? Porque, por ejemplo, hemos visto que tu partido, Un Nuevo Tiempo tiene tarjeta, pero MPV no.

R: A ver, yo creo que la negociación primero es parte del ejercicio de la política. Yo vengo una familia de dirigentes sindicales. Y no hay nada más negociador que un dirigente sindical. No hay contrato colectivo en el planeta Tierra que no se haya logrado con una negociación y con fuertes protestas. Y la negociación es parte de la política. Y aquí se hace un mal uso de eso y se hace descrédito de eso cuando la política en parte del ejercicio es eso.

Yo siempre digo que hay que hablar con todo el mundo, y creo que la gente se entiende hablando. Es mejor hablar que no hablar. Así incluso en los peores momentos, siempre es mejor hablar.

¿Qué negoció un nuevo tiempo? Un Nuevo Tiempo no tuvo nada que ver con esas decisiones. Al final esas decisiones las tomó desde el poder. ¿Qué sí tratamos de hacer? Reivindicar la lucha que ha tenido la oposición durante todos estos años. Que haya más partidos políticos, que haya más habilitados, que la gente pueda participar y que haya garantías electorales. De ese cuadro no nos hemos salido. Nosotros vemos a esta elección, como te lo dije en la pregunta anterior, como un proceso para luchar. Y así lo vimos y así estamos haciendo. No hemos hecho nada que no haya estado en el decálogo de puntos de lucha de la oposición durante todo este tiempo.

P: ¿Qué sentido tiene ahora estar en la Asamblea Nacional? Sobre todo, si se espera que la oposición sea una minoría en diputados en el contexto de baja participación.

R: Bueno, vamos a esperar el 25 de mayo, ¿qué pasa con el resultado? Ahora, estar ahí, yo creo que siempre es mejor estar. La Asamblea Nacional es el ente donde se nombran los poderes públicos, donde se aprueban las leyes. Cada vez que la oposición no ha estado en esa institución, el gobierno avanza.

Hay un “coco” que está ahí, se llama la reforma constitucional, que quiere hacer el gobierno con la reforma, dónde la va a discutir, qué se va a hacer. Pareciera que ese va a ser el escenario donde se va a discutir eso. Y dejar ese vacío para que el gobierno avance, no creo que sea un buen plan. Entonces creo que esa asamblea va a tener un papel fundamental en la nueva parte de la historia del país.

“Lo que yo veo es que Maduro al final es un proyecto político económicamente inviable para Venezuela.”

P: ¿Cómo podría el Parlamento venezolano recuperar la legitimidad y ser parte de una solución democrática para el país? Porque en procesos de paz en otros países, como en Irlanda del Norte ha pasado así, se ha hecho desde la Asamblea principalmente.

R: Creo que esa asamblea va a ser importante para este nuevo plazo de la historia. ¿Qué temas se va a discutir? Primero, la legitimidad se la tiene que ganar con la gente. Entonces, tiene que discutir temas que la gente necesite. El país tiene un problema económico grave. Con sanciones o sin sanciones, el país tiene un problema económico. Sin sanciones, saldríamos más rápido del problema económico.

Este país, por ejemplo, tiene que discutir el tema de la ley de hidrocarburos. O sea, el tema de la ley de hidrocarburos y cómo el Estado, manteniendo ser dueño de la propiedad de los minerales en su suelo, cómo abre puertas.

Yo, por ejemplo, ahí veo una comparación. Hace 5 o 7 años Brasil no estaba en el plan de nadie con el tema petrolero. Hoy Brasil es el primer país productor de petróleo del continente. Veamos qué reformas también hizo Brasil. Petrobras no dejó de existir, pero existen otros actores en ese mercado y están ahí.

Creo que esos son temas que esa asamblea tiene que discutir, o la ley del trabajo, o la ley del impuesto sobre la renta. Hay un poco de temas que tiene pendiente la asamblea para mejorar la vida de los venezolanos en este tema económico.

P: ¿Y cómo lo ves más en el tema de buscar una solución democrática?

R: Bueno, es que evidentemente la Asamblea, o el Congreso, o el Parlamento es donde deberían hacer vida la mayoría corriente política del país, donde se debería buscar un acuerdo y consenso. Y yo creo que hacia allá tenemos que apuntar, porque lo que yo veo es que Maduro al final es un proyecto político económicamente inviable para Venezuela.

Mientras ellos estén en el poder, esto va a ser económicamente muy malo. Pero también una parte de la oposición plantea un proyecto político que es inviable que llegue al poder. La conquista del poder pareciera que no lo van a lograr. ¿Cómo lo construyes? Porque aquí se confunden los conceptos de transición con ruptura. Se habla de la transición como una frase que tenemos como un concepto de propaganda, pero lo que se busca es la ruptura, no se busca la transición. La transición es un proceso, y yo creo que estamos en ese proceso en Venezuela, en un proceso de cambio, que deberíamos lograr que haya un proceso de cambio político o democrático, y hacia allá, y al final en la Asamblea no tiene que discutir eso.

Stalin González en un acto de campaña de Un Nuevo Tiempo (UNT) en el Estado La Guaria, con su candidato a la gobernación César Alonso (izquierda). Fotografía: Redes sociales.

P: Ahora te quiero preguntar sobre otra cosa, que es una negociación en 2020 con ayuda del entonces canciller de Turquía.Formabas parte del gobierno interino de Juan Guaidó, pero a partir de ahí hubo una separación. ¿Qué es lo que se negoció y lo que no es lo mismo, qué se logró ahí?

R: Yo creo que es parte de ese tema del 2019 y del 2020. Con las elecciones parlamentarias de 2020. Nosotros estábamos buscando participar. Y lo mantengo. Fue un error no haber ido a la elección del 2020, haberles dejado la asamblea a ellos. Se vendió que el cambio venía allá y ve dónde estamos. Fue un error no participar y en ese momento lo que estábamos buscando era poder ir a la elección.

Hablamos mucho con el canciller de Turquía entonces, es verdad. No fuimos nunca a Turquía, como lo dijeron en las redes. Claro que si conocía Estambul, o Ankara, pero no fui. Todas fueron reuniones por videollamada. Quien entonces era el embajador, muy buen amigo, Servin, ayudó a ese proceso.

Cuando tú haces la negociación, no es lo que está solo en la mesa, sino en el ambiente. Y Turquía, evidentemente, es un gobierno que tiene una llegada con el régimen y podía hablar ellos.

A través del canciller turco en ese momento alentar al gobierno que hiciera la apertura necesaria, así como hablamos con la Unión Europea, hicimos un esfuerzo. Entonces Josep Borrell envió a dos personas, a Mora y a Niño a Caracas, a tratar de que la Unión Europea fuera observadora para esa elección.

Lo cierto es que ese momento no se dio, no pudimos lograrlo, pero ¿de qué sirvió todo eso? Eso abrió el camino para que en el 2021, en la elección regional, la oposición pudiera ir. Porque al final la Unión Europea vino como observador, hubo una serie de garantías. Pero ese proceso que no logró lo que se quiso, abrió la puerta a que el 2021 fuera mucho mejor, y al final abrir la puerta para que la oposición participara en los procesos electorales.

“Los procesos de negociación en este país tienen que ser discretos, que no es lo mismo que secreto.”

P: Estuviste en las negociaciones de México y de Barbados, vamos a empezar por la segunda. ¿Por qué no funcionaron? ¿Qué es lo que no se cumplió? Y esta semana hablamos con Luis Florido, que dijo que el gobierno había dejado muy claro que no habilitarían a María Corina Machado, que nunca le entregarían el poder a ese sector de la oposición. Y sin embargo después ahí se firmó un acuerdo entre oposición y gobierno. ¿Es verdad lo que firma Luis Florido? ¿Qué es lo que falló?

R: Aunque ese proceso no funcionó, para decirlo de alguna manera, ahí hay un acuerdo de confidencialidad. ¿Qué creo yo? Que es mi discusión con los procesos de negociación. Los procesos de negociación en este país tienen que ser discretos, que no es lo mismo que secreto. Y creo que parte de la falla es haber hecho eso tan abierto con los medios de comunicación, porque al final te obliga a ti, como parte, a ser duro con la contraparte en los medios. No puedes ser blando porque entonces te pueden acusar de cualquier cosa.

Para mí esa era una negociación que era un triángulo, que eran los Estados Unidos por un lado, el gobierno por el otro y la oposición por el otro. Lo que el gobierno quería lo tenían los Estados Unidos, no lo tenían la oposición, que era el tema de las licencias y las sanciones. Lo que quería la oposición se lo daba era el gobierno, que era la garantía de la elección.

Entonces, en ese triángulo, ¿qué relación tenía Estados Unidos con la oposición? Pudiera ser un aliado para la democracia. Y si lo amplías un poquito más, entonces entró Brasil, y entró Colombia, y entró un gentío…

P: En el que estaba Rusia como acompañante, ¿no?

R: Claro, en el proceso estaba Rusia como acompañante.

Esa es una discusión que he tenido con mis amigos opositores siempre. Desde el 2017 que comenzó el primer proceso de República Dominicana. Entonces yo era el jefe de la fracción, no estaba en la negociación directamente, pero todo el proceso antes de ir a Dominicana lo llevé yo, que fue aquí en Caracas con todas las organizaciones civiles y tal. Es que ese proceso, como le dicen, no es un proceso de grandes ligas. Bueno, aquí cada quien tiene sus intereses. Entonces, ¿qué creo yo que faltó ahí? Hablar menos en los medios, concentrarnos más en lo que teníamos y entender que el gobierno estaba buscando algo.

Porque todos hablaban de la legitimidad y no era verdad lo que se estaba planteando, que el gobierno estaba buscando legitimidad con la negociación. El gobierno estaba buscando recursos con la negociación. Recursos que desde el punto de vista de ellos, no es que no los tenían por su desgobierno, sino que había sido producto de las sanciones. Esa es su visión, yo no te acuerdo con eso. Si hubiese menos corrupción, hubiese más democracia, no tuviéramos el problema que estamos metidos. Pero yo creo que ahí el error fue ese.

Y el de la oposición creer que las sanciones eran su fortaleza. Las sanciones son la fortaleza de los Estados Unidos, no de la oposición. La fortaleza de la oposición era tener organización interna. Ser una amenaza creíble, una alternativa. O más que una amenaza, ser una alternativa al poder y en eso no se concentró. Creyó siempre que las sanciones eran su fortaleza. Bueno, y aquí está hoy. Los gringos hablan de las sanciones. Biden y Trump sin la oposición en la mesa.

P: Celso Amorim declaró recientemente para BBC Brasil respecto a Venezuela que fue un error que la Unión Europea no enviara observadores para el 28 de julio. Eso fue un punto de la negociación de Barbados. ¿Qué sientes que faltó para concretar ese punto? Y era una de las garantías que exigía la oposición. ¿Crees que el tema de las sanciones fue una precondición que afectó a la posibilidad de lograr mayores concesiones? Y ahí incluyo también el tema de la Unión Europea que le quitó las sanciones personales solo a Elvis Amoroso, el rector del Consejo Nacional Electoral. Eso acabó con la invitación que tenían los observadores.

R: Yo hago una comparación, que a lo mejor no es la más académicamente correcta. El tablero de la dama y del ajedrez es el mismo, ¿verdad? Es el mismo tablero. Pero los dos se juegan distintos. Y yo creo que hay una parte de la oposición que cree que este es un juego de dama. Entonces es todo comer, comer, presión. La política se parece más a un juego de ajedrez. Tú mueves una ficha y tienes que pensar en tres jugadas.

Aquí se montó un lobby de una presión contra el gobierno, de más presión, de más sanciones, de que los europeos dijeran, de que los gringos dijeran, pensando que el gobierno no iba a jugar. Y el gobierno con toda esa presión, su respuesta fue, entonces aquí no vienen. Yo no estoy justificando el gobierno. Creo que, creo, volviendo atrás al 2021, aquí el tema fue que pasó mucho tiempo antes del 2024. El gobierno se dio cuenta que no iba a ganar el 2024.

Y su análisis es que en el 2021, el gobierno pierde el voto popular, es verdad, pero tiene más gobernadores porque produjo una división. Y hay un error en ese momento en la plataforma, de creer que con la tarjeta de la unidad sola podía aplastar a todo el mundo. Y no fue así.

El gobierno se dio cuenta que no iba a poder ganar, y empezó a exigir el tema de los recursos y decir que la gente no los quería era porque no tenía recursos y no tenía recursos era por culpa de las sanciones y tal.

Y aquí se montó todo un lobby que sigue presente de creer que la máxima presión es la que va a acabar con ellos. Y como le dije yo una vez a la administración 1 de Trump, en 2019, explíquenme allá en el Departamento de Estado, si en 60 años esa máxima presión no ha resuelto el problema de Cuba, ¿por qué se iba a resolver el tema de Venezuela? O sea, yo no entiendo eso.

Al final, la política americana responde a la política americana. Y esa presión que tienen algunos legisladores, senadores y representantes es para que sus votantes en su circunscripción los sigan eligiendo. Pero no porque crean que la democracia de Venezuela se va a fortalecer. O sea, al final están buscando votos para ellos. Eso es el error de una parte de la oposición, que se ha puesto a creer que esa parte de la política americana quiere que en Venezuela vivamos bien. Ellos quieren ganar su elección.

“Yo no les llamo radicales, son mis amigos los intransigentes. Porque no son radicales nada, son intransigentes.”

P: Estuviste en la Mesa de México también. ¿Qué es lo que se pretendía en ese momento? Se propuso el “Fondo para la Protección Social del Pueblo Venezolano,” con fondos congelados que serían administrados por la ONU. Serviría para necesidades básicas como salud y educación, por ejemplo. Para mí suena como una solución que podría ser aceptable para todos, pero entonces, ¿por qué no se llevó a cabo?

R: Me preguntaste de Barbados primero, ¿no? Entonces, para arreglar una cosa de Barbados 2019, yo creo que ahí es el proceso donde más cerca de un acuerdo estuvimos, la verdad. Y creo que la política de la máxima presión acabó con eso, porque fueron las sanciones de agosto del 2019.Terminaroncon esa mesa. Lo que pasa es que la sesión de México se firma en Barbados, la primera de Barbados.

Lo del fondo social…Mira, yo creo que ahí había una expectativa que se manejó mal. Uno, el gobierno habla de 20 mil millones de dólares que están congelados, que no es verdad. Esos 20 mil millones de dólares, ¿dónde están? ¿Dónde están congelados? No hay esa cantidad de dinero congelado. No lo hay. Hay menos y mucho menos que eso.

Dos, la liga entre que no había tanto dinero congelado, entre la burocracia de la ONU, entre la presión de los americanos, entre la viveza del gobierno de Maduro de querer que le dieran el dinero. Eso se armó. Todo lo que parecía muy bonito y que se firmó a la hora de llevarlo a la práctica fue muy difícil porque los recursos no estaban, después no iban a poder ser embolsados como eran…

En el tema de la ONU, había unos temas ahí legales que había que preservar. Esto no era una donación a nadie, esto era dinero venezolano que iba a ser administrado por los venezolanos, pero estábamos usando un ente que los tuviera. Todo el mundo quiso sacar provecho político de eso y no era como se creyó que se podía hacer.

P: ¿Crees que ese acuerdo sigue teniendo vigencia o que se podría usar de base para un acuerdo en el futuro?

R: Creo que ahí hay muchas de las cosas que se pueden hacer. Creo que el acuerdo social, que es parte de eso, y ese fondo en algún momento tiene que revivirse. Ese dinero que está congelado, que no son esas cantidades, pero el que esté, se puede reinvertir en los venezolanos.

Ahí hay un tema con dos extremos. El gobierno ha demostrado que es altamente ineficiente en la política pública. El gobierno es bueno en mantener el poder, pero es ineficiente en la política pública. El creer que le vamos a dar dinero al gobierno para que lo malgaste, tampoco así. Y si no hay entes contralores y si no hay remisión de cuentas, ¿cómo lo hace?

Pero creer que toda esa ayuda fortalece al régimen también me parece una cosa fuera de tono. El que recibe la caja CLAP no vota por Maduro. O la gente que le dan el “bono de guerra”. ¿Va a votar por Maduro? El descontento contra Maduro sigue. Es un descontento que está ahí. Entonces, creer que ayudar a la gente es fortalecer a Maduro, yo no estoy de acuerdo con esa teoría.

Y mis amigos ahí, yo no les llamo radicales, son mis amigos los intransigentes. Porque no son radicales nada, son intransigentes. No les gusta nada nunca. Todo es como ellos quieren y no es así. La política es para ayudar y servir a la gente. Y guste o no nos guste, en Venezuela hay 30 millones de venezolanos.

La mayoría estamos en Venezuela. No estamos afuera. ¿Ayudemos los que estamos afuera? Sí. ¿Que hagamos todo para que los que están afuera vuelvan? También. Yo tengo mi hermana que hace 5 años que no la veo, tengo un sobrino que no conozco, mi papá tiene un nieto que no conoce. Todos tenemos esa realidad, entonces todas las familias fueron heridas con la migración, pero seguimos en una mayoría en Venezuela.

Yo uso el ENCOVI que publicaron la semana pasada, porque no hay registro en este país, no hay data oficial. Dice que hay 30 millones de venezolanos dentro del país. Entonces, ¿dónde está la mayoría? A mí me parece a veces que Maduro y parte de la oposición quieren que esto se convierta en Cuba. Maduro quiere el control completo y esa parte de la oposición quiere hacer oposición afuera. ¿Cuál es el rol de ellos? Debería ser ayudar al que está adentro. Y ver cómo en Venezuela hay más democracia, vivimos bien, estamos tranquilos. Pero aquí la decisión de la política es cómo ellos están afuera, cómo nos imponen a los que estamos adentro las cosas.

Stalin González junto a la candidata de UNT por la gobernación de Mérida, Liliana Guerrero. Fotografía: Redes sociales.

P: ¿Tú crees que hoy hay negociaciones entre Maduro y Trump? ¿Qué pueden estar hablando? Después de que Trump termine las licencias petroleras y declare que Maduro está invadiendo el país con terroristas del Tren de Aragua.

Yo creo que cada quien está haciendo política para su política interna, ¿cuál fue la oferta de Trump? ¿Migración y América Grande? Entonces, todo el tema del Tren de Aragua, ¿a qué se refiere? A justificar su política migratoria. Ninguno de nosotros es policía ni es investigador para saberlo. Pero es la migración. Entonces, todo va con los vuelos de repatriación por algunos y de deportación para otros. Y el tema de América Grande con el tema interno. ¿De qué deben estar hablando? Todas las semanas están llegando un vuelo. O sea, que sí están hablando.

Debe haber, y se nota, que hay una discusión sobre el tema energético y petrolero porque al final todo se resume a energía. Está la discusión de la inteligencia artificial, que consume 10 veces más que una búsqueda de Google. Entonces, claro, según el buscador, puedes bajarlo, pero necesitas más energía.

Yo vi un tuit que escribió Richard Grenell en estos días, acusando de que todas las políticas que están haciendo, lo que han hecho es fortalecer a China con la refinería de Amuay. Entonces, ahí, mis intereses son los venezolanos. Ni los gringos, ni los chinos, ni los rusos. Que este país tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, pero que no tienen cómo extraerlas y venderlas. ¿Cómo hacemos para venderlas? ¿A quién se las vendemos?

Y yo creo que sí están hablando de temas migratorios, que es el ofrecimiento de Trump en su campaña interna, y eso lo está cumpliendo a su manera. Y eso le sirve a Maduro para su narrativa de que él está rescatando a los venezolanos que se fueron por culpa de las sanciones y tal, y que aquí cada uno nos está utilizando para su narrativa. Deben estar hablando del tema petrolero. ¿Cuánto avance de eso hay? No lo sé. Sería especular.

“Yo veo difícil que volvamos a un proceso de negociación que se haga afuera.”

P: ¿Qué tan importantes han sido Estados Unidos en negociaciones pasadas? Porque hay quien dice que sin ellos no habría negociación de Maduro con la oposición. ¿Y dónde queda la oposición sin apoyo de Estados Unidos o de cualquier otro país?

R: En el mundo y desde hace 200 años la comunidad internacional tiene una capacidad de incidir y en la historia de este país. Tú ves el gran precursor de la independencia de América, Francisco de Miranda salió y buscó ayuda de los ingleses para la primera expedición. Bolívar buscó a los ingleses porque había un interés de los ingleses contra el imperio español.

Hoy en la comunidad internacional, vivimos en un mundo globalizado, pasó la segunda guerra mundial, esa integración tiene un papel en la comunidad internacional, pero nadie va a venir a resolver problemas por nosotros. Nadie va a venir a resolver problemas por nosotros. Creer que aquí va a llegar un portaaviones americano y que va a resolver eso, no es verdad. O sea, tienen seis años con ese cuento.

Sí juegan un papel de negociación. Pero la fortaleza es la alternativa que seas tú actuando adentro. Yo no estoy de acuerdo en creer que la fortaleza de la oposición es las sanciones y todo eso. Yo no creo que eso sea así.

P: ¿Y cómo se hace para asegurar que el acompañamiento internacional refuerce la soberanía y no genere dependencia a actores externos en Venezuela?

R: Yo creo que nosotros tenemos que hacer un ejercicio serio y real de resolver nuestros problemas. El país necesita un acuerdo, y para nosotros nuestra visión es que debe ser un acuerdo dentro del régimen democrático que dice la Constitución.

La comunidad internacional debe ser acompañante de eso, un acompañante sin injerencia. No nada más como acusan a los americanos, pero tampoco del resto. Ni de chinos, ni de rusos, ni de nadie. Yo no veo que haya injerencia, pero es el respeto de todos que necesitamos. Porque mientras Venezuela pueda marchar bien, muchos de esos países se pueden beneficiar. Si aquí sí mejora la economía, va a bajar la migración. Si aquí se fortalece la industria petrolera, puede haber petróleo para los distintos países. Esos son sus intereses.

Nosotros no tenemos por qué vender ese petróleo a los gringos, le podemos mandar a los chinos, y a los turcos, y a quien sea, y a los europeos. Pero para eso necesitamos instituciones fuertes, en las que se crea, credibilidad, y que haya una economía estable.

Pero la comunidad internacional tiene que llevar un papel, de acompañante, yo no sé si acompañante de garante, no lo sé, hay como unos temas de concepto y delineo, pero que tiene que ser partícipe. Sí, pero la solución es nuestra. O sea, por ejemplo, yo veo difícil que volvamos a un proceso de negociación que se haga afuera. Creo que parte de esa asamblea va a buscar que ese acuerdo sea aquí. Ah, bueno, que esté la comunidad internacional, está bien.

Porque muchos, la gran parte de los conflictos del mundo se han resuelto entre las partes internas con acompañamiento internacional. Pero yo veo difícil poder tener discusiones de nuevo afuera después de las lecciones aprendidas de los otros procesos.

P: O sea, no en República Dominicana, sino en Caracas. Hasta ahora casi siempre se han hecho fuera.

R: Esto es una posición muy personal. Pero creo que las de afuera no ha funcionado.

“Parte del problema que tenemos hoy es que no se cree en la transición, es en la ruptura.”

P: Brasil ha dicho que estaba un poco dispuesto a acompañar ese proceso nuevamente, en las declaraciones de Amorim de hace tres días.

R: Yo estoy de acuerdo, y yo creo que además Brasil y Colombia tienen que estar, son nuestros vecinos. Brasil tiene un rol importantísimo en la integración americana, así como lo tiene México, son unos gigantes de Latinoamérica. Pero también hay que buscar la manera que esté presente la Unión Europea y otros factores.

Yo creo que es el factor. Colombia y Brasil siempre va a ser necesario. Y entender una cosa, es otra visión distinta. Colombia y Brasil deben ser y van a ser aliados de la democracia venezolana, no son aliados de la oposición. Yo creo que ahí hay que ver las diferencias. Los acompañantes deben estar de acuerdo en acompañar y fortalecer el proceso interno, no que ayudar a una de las partes. Porque se confunde eso. Yo creo que Lula, como lo ha demostrado, es un aliado de la democracia en Venezuela. Y después del 28 de julio lo dijo y lo ejerce, así como lo ejerce Amorim. Pero son aliados de la democracia venezolana, de las instituciones, de la soberanía popular, no de una fracción en particular.

UNT y Henrique Capriles, con su tarjetón electoral Unión y Cambio, presentan a Juan Requesens (centro) para la gobernación de Miranda, a quien acompaña Stalin González. Fotografía: Redes sociales.

P: Ya de última pregunta, quería ir a la generación del 2007. Un grupo de estudiantes que encabezó un movimiento contra el cierre de RCTV y la enmienda constitucional. La oposición ahí logró detener el proyecto de reforma de Chávez. Eres de los pocos líderes de ese movimiento que sigue hoy en el país. ¿Qué se aprendió de esa victoria de la oposición para hoy? Y ahora que viene una reforma constitucional, ¿qué es lo que piensas hacer?

R: A ver, no se parecen los procesos, no son iguales, porque ha pasado mucha agua bajo el río. Pero en ese momento, pues se nos olvida que en 2005 la oposición no va a la elección parlamentaria, después del referendo de 2004. En 2006, Manuel Rosales va a la elección y Chávez gana bien. Luego Chávez convoca la reforma y en el 2007, que todo el mundo daba por los descontado, sale el movimiento estudiantil, que empezó a organizarse por temas que pasó. Están los lamentables sucesos como el secuestro de los hermanos Faul y eso sensibilizó a mucha gente, hizo como interconectar a la dirigencia estudiantil de todas las universidades.

Había una gran discusión en el 2007, si ir o no ir a esa reforma. Es verdad, con argumentos fuertes, como lo puede tener la oposición hoy, los que creen que no hay que participar. Chávez estaba colocando esa reforma, porque se sentía grande, apoyado y con un respaldo inmenso, para modificar cosas de la constitución que podían ser regresivos en los derechos fundamentales.

Los juristas decían, y parte de la clase política, que no se podía ir a esa reforma porque ibas a legitimar eso, porque estabas corriendo un riesgo. Si ibas y perdías, ibas a legitimar lo que Chávez estaba haciendo. Pero si no ibas, le estabas regalando a Chávez que lo hiciera. Nosotros decidimos correr ese riesgo, como una parte de la dirigencia estudiantil en ese momento, en desacuerdo de algunos. No voy a decir quiénes, pero en la mayoría de la Católica [la Universidad Católica Andrés Bello].

No, es por la Católica, sino por el partido que están hoy en día. Eran los que más estaban en contra de ir a ese proceso. Incluso hoy, la misma dirigente opositora [María Corina Machado] que está en la palestra en ese tema era la que más hizo ejercicio para que no se fuera a esa reforma. Y nosotros fuimos a la reforma.

¿Qué hizo? Le ganamos a Chávez. Y él tuvo que reconocerlo, por poco, pero se ganó. Y de ahí le abrió la puerta a la oposición de poder ir a la elección del 2008. Reconstruir su brazo. Fortalecer un plan que duró, porque al final el plan era de reconstruir una unidad y de construir una mayoría electoral que pudiera conquistar el poder.

Y ese episodio del 2007 ayudó a fortalecer ese plan que se ha hecho. Pues ese plan duró nueve años, desde el 2006 hasta el 2015. Y la oposición logró ser mayoría evidente. Hay un tema… La oposición, todos creímos, unos menor medida y otros en mayor medida, pero creímos que habíamos ganado Miraflores en el 2015. Y no supimos, porque también parte del ejercicio de la política es negociar. Y hay que tener paciencia.

Nosotros queremos comernos todo en un momentico. El 2015 quisimos acelerar la llegada a Miraflores. Y como decimos en Venezuela, el gobierno no es mocho. Yo no estoy justificando nada, el gobierno no se puede justificar. Porque el gobierno ha demostrado que tiene bastantes, para decirlo elegantemente, rasgos antidemocráticos y de no creer en la democracia occidental, en la separación de poderes, en la soberanía popular. También nosotros hemos cometido errores de querer acelerar y hacer todo más rápido.

Entonces, ¿qué he aprendido yo del 2007 para acá o de antes del 2007? Uno era diferenciar. Y no es porque sea “ucevista”. En la Universidad Central, nosotros le ganamos la federación al chavismo. Con el chavismo estudiábamos, con el chavismo compartíamos en el cafetín, teníamos amigos en común. Al final hay una relación que uno los conoce. La política no puede verse como el adversario que hay que acabar.

Yo creo que el chavismo hoy es minoría clara, evidente en el país, pero es una minoría que tú siempre tienes que respetar. Porque al final no vas a acabar con el chavismo. Así como el chavismo teniendo todo el poder económico, el poder militar, la fuerza, el Estado, el poder, no ha podido acabar la oposición. ¿Usted cree que una oposición va a acabar el chavismo en un momento?

Parte del problema que tenemos hoy es que no se cree en la transición, es en la ruptura, es siempre acelerar los procesos. Y hoy, del 2007 para acá, es verdad, pocos de mis compañeros no están en el país o en el ejercicio de la política, porque yo creo que aquí la política es el arte de lo posible, es la búsqueda de consenso. Y ser paciente. Y aquí la impaciencia ha llenado a una gran parte de la oposición.

¿Podemos decir que tenemos 25 años en esto? Sí, pero los 25 años en esto, en parte son porque estos señores en el poder, no creen en la democracia, es verdad. Pero también nosotros hemos sido demasiado impacientes en los momentos cruciales. En el final, aquí hay que construir una alternativa política del país que sea viable, que llegue el poder. Eso es lo que yo creo.

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