Ajuste de precios revive el temor por la escasez y la inflación

En años anteriores el ajuste de precios ha contribuido a la desaparición de bienes básicos de los anaqueles y presión inflacionaria, lo que genera incertidumbre en los consumidores. Foto: Archivo

Guacamaya, 04 de junio de 2025. La aplicación de un nuevo esquema de precios controlados está a las puertas con el anuncio de su inminente publicación en Gaceta Oficial. Bajo la denominación de “precios acordados para bienes esenciales”, el gobierno venezolano busca regular los márgenes de ganancias, especialmente en alimentos básicos como pollo y huevos, en los que ya se han aplicado ajustes.

Tras reuniones con representantes del sector empresarial, la vicepresidenta Delcy Rodríguez comunicó que la intención del Ejecutivo nacional es frenar la especulación y estabilizar el mercado. Esto puede entenderse como una medida de respuesta ante la creciente inflación en los últimos meses que, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), ya se ubica en 172%

En una entrevista al medio Últimas Noticias, el diputado Ramón Lobo, presidente de la Subcomisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, explicó que los nuevos precios estarán indexados a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela. Según sus declaraciones, no se pretende que los empresarios vendan por debajo de los costos de producción, sino que más bien obtengan una “ganancia razonable”.

Desde el punto de vista del gobierno, la regulación permitirá que los venezolanos mejoren su poder adquisitivo. El objetivo, como se ha adelantado, es frenar la inflación, especialmente en alimentos, que según los últimos registros del OVF se ubicó en 23% en el mes de abril. De acuerdo a Lobo, la medida surge como parte de la “lucha contra la especulación” y para enfrentar la llamada “guerra económica”.

Un camino de consecuencias negativas

La aplicación de esta medida no es nueva. Desde el 2003 se ha recurrido a dicho mecanismo en diversas oportunidades y con distintas denominaciones. Sin embargo, tales medidas se han levantado de forma oficial o forzada porque sus efectos inmediatos suelen ser insostenibles en el tiempo e incluso han generado consecuencias contraproducentes.

Uno de estos efectos es la escasez generalizada. La regulación de precios en épocas anteriores ha fijado montos por debajo de los costos reales de producción. En consecuencia, se ha generado que los productores dejen de ofrecer bienes y los productos desaparezcan de los anaqueles. Más recientemente esto se evidenció entre 2015 y 2018 con la escasez de alimentos, medicinas y productos de higiene.

Al mismo tiempo, el surgimiento de mercados negros es otro riesgo. Al existir escasez o ausencia de productos en los mercados formales, la proliferación de mercados paralelos, hace que los bienes carentes se vendan muy por encima de su valor original, incluso si no existiese la regulación. Esto origina una presión acumulada en la inflación, que termina estallando una vez la regulación se levanta.

Desde luego, la fijación de un nuevo esquema de precios, incrementa la presión sobre los comerciantes, con fiscalizaciones e imposición de sanciones. En el pasado se ha llevado a cabo la ejecución de operativos gubernamentales, inspecciones e incluso detención de comerciantes acusados de especulación. Un caso reciente ha sido la detención de personas en relación al mercado cambiario.

La serie de efectos desfavorables también incide en el aparato productivo. Al no haber posibilidad de cubrir costos y obtener suficiente rentabilidad, la producción nacional se desincentiva, lo que estimula la dependencia de importaciones y la vulnerabilidad ante situaciones externas. Esto es especialmente relevante ante la disputa arancelaria que se desarrolla internacionalmente en la actualidad.

El desafío de no repetir la historia

Tras más de dos décadas de aplicaciones intermitentes de controles de precios y posteriores levantamientos, diversos análisis coinciden en que esta dinámica, ha contribuido al aumento de la inflación y escasez, que contrario al objetivo de proteger a los consumidores, termina por erosionar a mediano y largo plazo su capacidad adquisitiva.

Aunque el retorno de los ajustes de precios se presentan como una acción técnica ante las denuncias de especulación, tal anuncio despierta el temor por las consecuencias del pasado. El principal desafío para el gobierno, que incluso ha reconocido anteriormente la ineficacia de los sistemas de controles de precios, será demostrar que la denominación de “precios acordados” será realmente diferente.

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