Las centrales termoeléctricas usan combustibles fósiles como derivados del petróleo y del gas para producir electricidad. En la fotografía, la Planta Centro, del Estado Carabobo. ArwinJ.
Guacamaya, 25 de marzo de 2025. El gobierno venezolano implementará desde este lunes una reducción de la jornada laboral en la administración pública a cuatro horas y media diarias, junto a un esquema de trabajo “1×1”, argumentando una “emergencia climática” que afecta los embalses hidroeléctricos. Sin embargo, expertos señalan que la medida evidencia el colapso del sistema termoeléctrico nacional, abandonado por falta de mantenimiento.
El ejecutivo de Nicolás Maduro anunció el domingo 23 de marzo de 2025 que, durante seis semanas, el horario laboral en oficinas públicas se limitará de 8:00 am a 12:30 pm, con un esquema de un día laboral por uno de descanso. La medida, que excluye a servicios esenciales, busca reducir el consumo energético ante la disminución del caudal en el complejo hidroeléctrico Guri, responsable del 80% de la electricidad del país.
Esta no es la primera vez que Venezuela aplica racionamientos: entre 2016 y 2019, cortes masivos y sequías llevaron a ajustes similares. El gobierno instó a la población a adoptar medidas como regular aires acondicionados a 23°C y desconectar dispositivos no esenciales.
Una posible explicación: las termoeléctricas estarían fuera de servicio
Alejandro López González, ingeniero electricista y Doctor en sostenibilidad con maestría en ingeniería de la energía de la Universidad Politécnica de Madrid y Universidad Politécnica de Cataluña cuestionó que la sequía sea el único factor detrás de la crisis. “Decir que la falta de agua afecta la electricidad es reconocer que las termoeléctricas están fuera de servicio. El gobierno destruyó el sistema de respaldo”, afirmó.
Según López, Venezuela cuenta con una de las mayores reservas de agua dulce per cápita del mundo (28.000 m³ por habitante), pero la infraestructura hídrica y eléctrica ha sido “desmantelada y descuidada”. Destacó que, de una capacidad instalada de 20.000 megavatios en termoeléctricas hace una década, hoy solo operan 10.000 MW, casi todos hidroeléctricos.
“El aumento de temperatura por el cambio climático no es nuevo; hay alertas desde hace 40 años. Durante la Cuarta República se construyeron plantas como Termozulia para estas contingencias, pero ahora están inoperativas por falta de mantenimiento”, agregó.
El experto criticó la intención de vincular la crisis únicamente a factores climáticos y calificó la reducción horaria como una medida “más política que energética”: “El ahorro será mínimo. Parece que el tiempo libre se usará para actividades partidistas”.
Los apagones son recurrentes en Venezuela desde 2009, especialmente en el interior. Entre 2019 y 2024, fallas masivas dejaron al país sin luz por días, atribuidas por expertos al deterioro de la red y por el gobierno a “sabotajes”.
“El gobierno ha acabado con la capacidad de generación termoeléctrica eso es lo que reconocen” señaló González en referencia a la medida
Mientras el Ejecutivo insiste en llamados al ahorro, López sentencia: “El problema no es el clima, sino la falta de mantenimiento y la inoperatividad del sistema eléctrico”.
Las autoridades venezolanas han dicho que la responsabilidad de la situación radica en “sabotajes” y en los efectos de las “medidas correctivas unilaterales” aplicadas por Estados Unidos y otros países a Venezuela.