El 24 de marzo, el presidente Donald Trump anunció aranceles del 25% contra cualquier país que compre petróleo y gas de Venezuela. Fotografía: Roel Hemkes.
Guacamaya, 25 de marzo de 2025. La reciente orden ejecutiva emitida por el presidente Donald Trump ha generado revuelo tanto en los mercados internacionales de energía como en las relaciones diplomáticas. La medida impone un arancel del 25% a todos los bienes importados a los Estados Unidos desde cualquier país que compre petróleo y gas venezolano, a partir del próximo 2 de abril.
La decisión que se combina con la extensión de la licencia de Chevron para operar en Venezuela hasta el 27 de mayo, reflejan una estrategia multifacética de Estados Unidos para consolidar su influencia en el comercio del petróleo venezolano, pero sin dejar de ejercer presión sobre el Gobierno venezolano.
Por un lado, estas medidas buscan limitar la participación de actores como China e India, principales compradores de crudo venezolano, al encarecer sus importaciones y hacer menos atractivo el acceso al petróleo pesado de Venezuela.
Al mismo tiempo, al mantener a Chevron operando en el país, Washington asegura un pie en el mercado energético venezolano, lo que le permite seguir siendo un actor clave en la dinámica comercial.
Al castigar económicamente a Venezuela, Estados Unidos busca debilitar la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro y abordar indirectamente el tema migratorio. La administración de Donald Trump argumenta que las políticas del gobierno venezolano han contribuido a la crisis humanitaria que ha llevado a cientos de miles de venezolanos a buscar oportunidades en territorio estadounidense.
La aplicación estratégica del arancel
El arancel del 25% busca desincentivar la compra de petróleo venezolano por parte de países como China, India, España e Italia, principales consumidores de crudo venezolano, según Reuters. De acuerdo con la orden ejecutiva, el arancel se aplicará incluso a las compras indirectas realizadas a través de terceros, lo que amplía su alcance y potencia su carácter punitivo.
Además, el nuevo arancel del 25% se suma a los ya existentes impuestos por el gobierno estadounidense bajo la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales (IEEPA), lo que refuerza su capacidad para ejercer presión económica sobre los países que comercian con Venezuela.
El economista venezolano Francisco Rodríguez, destacó además que esta medida, publicada de forma íntegra la noche de este lunes, delega al secretario de Estado, Marco Rubio, la autoridad para decidir si se impone el arancel a las importaciones de cualquier país. Este nivel de discrecionalidad, señaló Rodríguez, es inédito y otorga al Departamento de Estado una herramienta extraordinaria para aplicar sanciones comerciales con poca supervisión.
Asimismo, el arancel se impone por un año a partir de la última fecha de importación. Sin embargo, al depender del Departamento de Estado y, específicamente, de la discrecionalidad del secretario Marco Rubio, su implementación se convierte en una herramienta selectiva.
Es importante destacar que Marco Rubio, quien ha sido crítico de larga data del gobierno de Nicolás Maduro, recientemente ha sido atribuido de un papel central en las negociaciones sobre la repatriación de migrantes venezolanos. El secretario de Estado ha advertido que, si Venezuela no acepta un flujo constante de vuelos de deportación, Estados Unidos impondrá “sanciones nuevas, severas y crecientes”.
La implementación del arancel, al depender del Departamento de Estado, transforma a la orden ejecutiva en un instrumento flexible y adaptativo dentro del marco de la política exterior estadounidense. Su aplicación selectiva permite a Estados Unidos ejercer presión estratégica, al castigar a países que comercian con Venezuela, mientras aborda temas como la legitimidad del gobierno de Maduro y la crisis migratoria.
Impacto en el mercado petrolero
Los mercados ya han reaccionado a la noticia de imposición de estos nuevos aranceles. Los precios del crudo Brent y del West Texas Intermediate han subido más de un 1% desde el anuncio, según datos de la agencia Reuters. Sin embargo, las ganancias se han visto limitadas por los planes de la OPEP+ de aumentar la producción en mayo.
Por otra parte, la extensión de la licencia de Chevron hasta el 27 de mayo asegura que la compañía pueda continuar recibiendo pagos por los cargamentos de petróleo entregados a clientes estadounidenses. Según analistas consultados por Reuters, esta decisión evita un colapso inmediato en los volúmenes de crudo exportado desde Venezuela, especialmente hacia Estados Unidos.
David Goldwyn, presidente de la consultora Goldwyn Global Strategies, citado por Reuters, señaló que ambas medidas reflejan un compromiso dentro de la administración Trump entre quienes buscan mantener la presencia de empresas occidentales en Venezuela y quienes desean limitar los ingresos del gobierno de Maduro. “Esto potencialmente proporciona un punto óptimo para ambos”, dijo.
Las presiones ejercidas sobre Venezuela también podrían obligar al país caribeño a ofrecer descuentos más agresivos en sus exportaciones de crudo, aunque ello afecte directamente sus ingresos. Esto recuerda a las sanciones secundarias impuestas por Trump en 2020, que tuvieron consecuencias similares, de acuerdo con Reuters.
Reacciones internacionales y posibles consecuencias
China, el mayor comprador de petróleo venezolano, ha rechazado categóricamente la medida, calificándola de “interferencia grosera en los asuntos internos de otros países”. En febrero, el gigante asiático obtuvo aproximadamente 503.000 barriles diarios de petróleo y combustible venezolano, tanto de manera directa como indirecta, lo que representó cerca del 55% del total de las exportaciones, según datos señalados por Reuters.
Por su parte, Madrid también ha manifestado su preocupación. La ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, aseguró que tanto España como la Unión Europea están preparadas para dar una “respuesta contundente” en defensa de sus intereses económicos y de sus productores. Empresas como Repsol, que mantienen relaciones comerciales con Venezuela, podrían verse afectadas significativamente.
Por su parte, el gobierno venezolano expresó su rechazo absoluto a las recientes acciones anunciadas por Trump, al calificarlas como una “medida arbitraria, ilegal y desesperada”. En su comunicado oficial, destacó que estas medidas, lejos de debilitar la determinación del Gobierno, “evidencian el fracaso de las sanciones previas” impuestas contra el país.
El experto en energía, David Goldwyn, dijo a Reuters, que los nuevos aranceles podrían aumentar la demanda mundial de petróleo ruso. “Es poco probable que China e India se arriesguen a aranceles adicionales para acceder al petróleo pesado venezolano, cuando pueden comprar crudo ruso”, expuso. En consecuencia, esto podría fortalecer la posición de Rusia en el mercado energético global.
Este lunes, en una reunión con su gabinete presidencial, Trump ha sugerido que algunos países podrían recibir exenciones en los aranceles. Esta flexibilidad podría ser una estrategia para mitigar las tensiones diplomáticas y económicas generadas por estas medidas.
La imposición de aranceles del 25% a los países que compren petróleo y gas venezolano, representa un movimiento para ejercer presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y sus aliados internacionales. Sin embargo, la extensión temporal de la licencia de Chevron refleja una estrategia, para no perder influencia en el mercado petrolero occidenteal.
Sin embargo, aunque estas medidas buscan limitar los ingresos del gobierno venezolano, también generan incertidumbre en los mercados energéticos, además de tensiones diplomáticas. El impacto a largo plazo dependerá de cómo los principales actores internacionales respondan a este nuevo capítulo en la política de medidas unilaterales de Estados Unidos.